Madrid, 23 sep (Prensa Latina) Visiblemente impresionado por la voracidad de la lava volcánica y su rumbo arrasador, el rey Felipe VI ratificó hoy la voluntad de ayudas a la isla canaria de La Palma.
El soberano, acompañado de la reina Letizia, y también del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recién llegado de su viaje relámpago a Nueva York, declaró que «costará mucho volver a la normalidad, pero La Palma saldrá adelante con ayuda de todos.
Una tragedia que, pese al dolor de los habitantes de la ínsula, devino también espectáculo con la modalidad de turismo volcánico, ante la postura de visitantes de tomarse fotos ante la erupción del volcán Cumbre Vieja.
Se trata de uno de los 50 volcanes en erupción continua que existen en el mundo, según el último informe del Programa de Vulcanismo Global de la Institución Smithsonian del estadounidense Museo Nacional de Historia Nacional y el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
En las últimas horas, el magma del Cumbre Vieja perdió velocidad, pero avanzaba sin freno a un ritmo exasperante de cuatro metros por hora, multiplicando los estragos a su paso ante la impotencia de los vecinos.
La erupción volcánica ha emitido a la atmósfera entre seis mil 140 y 11 mil 500 toneladas diarias de dióxido de azufre (SO2), según las mediciones realizadas por el Instituto Volcanológico de Canarias.
Mientras tanto, continuaba la batalla frente a la naturaleza «de tú a tú», como expresaron bomberos y expertos, en ambos casos resignados a que muy probablemente no se le pueda ganar el pulso.
El portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), David Calvo, detalló que en Islandia se han hecho barreras de contención, montículos de piedras de gran altura y anchura y se ha conseguido que, al menos, no baje por algunos valles poblados».
La tragedia de la erupción del volcán Cumbre Vieja, que comenzó el pasado domingo, dejó unas 200 casas devoradas por la lava y más de 150 hectáreas de sembradíos e infraestructuras severamente dañadas.
La emisión de material particulado desde que comenzaron las explosiones del volcán el pasado domingo, ha incrementado el peligro en la zona, además del alto contenido de dióxido de azufre en la atmósfera, con peligro para la salud de las personas.