Historia extraña del cambio de hora

Por Roberto F. Campos (*)

La Habana (Prensa Latina) La energía y los horarios tienen una relación directa que diversos especialistas consideran interesante y obligatoria, de ahí que muchos países cambien en ciertas épocas del año sus sistemas.


El uso de un horario de verano y uno de invierno es desconocido por muchas personas en cuanto a su historia, la cual data del siglo XVIII.


Los entendidos en el tema recuerdan que gran parte de los países del hemisferio norte viven, a lo largo del año, dos cambios de horario que buscan ampliar las horas de luz para conseguir el ahorro energético.


También en ese sentido se tiene en cuenta que la sociedad pueda aprovechar mejor ese tiempo extra que se gana para adaptarse a las condiciones propias de la luz en cada época del año. El horario de verano adelanta una hora los relojes desde el último domingo del mes de marzo y el horario de invierno atrasa una hora el último domingo de octubre o inicios de noviembre.


David Prerau, en su libro Aprovechar la luz del día, recuerda que la primera persona en sugerirlo fue Benjamín Franklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, y tal recomendación la manifestó en 1784.


El político e inventor era muy madrugador y mientras estaba en París ejerciendo como diplomático se dio cuenta de que cuando era despertado, sobre las seis de la mañana, ya había luz de sobra, por lo cual si se cambiaba la hora ahorrarían grandes cantidades de combustible.


Ese ahorro beneficiaría a las lamparillas de la época.


Franklin publicó esta propuesta en una carta al diario Le Journal de Paris.


En 1907, el constructor británico William Willet propuso adelantar el reloj 80 minutos en cuatro cambios de 20 minutos a lo largo de abril y hacer lo mismo, pero con retraso de los relojes, en septiembre.


Dos años después, en 1909, la Cámara de los Comunes británica rechazó un plan para adelantar los relojes una hora en primavera y devolverlos a la Hora Media de Greenwich (GMT) en otoño.


TRAS LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL


El primer momento de esplendor de los cambios horarios llegó con la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial (1914-1918). Los países beligerantes aplicaron una economía en la que el funcionamiento industrial, la política y la sociedad se veían supeditados a las necesidades del conflicto.


Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y Australia, entre otros, aplicaron el horario de verano durante los años de guerra para que el mejor aprovechamiento de las horas de luz permitiese un ahorro significativo de combustible, un bien muy valioso que escaseaba.


En la Segunda Guerra Mundial, algunos países mantuvieron su horario adelantado de forma continua: Estados Unidos tuvo el horario de verano de febrero de 1942 a septiembre de 1945, y Reino Unido adelantó el reloj dos horas durante el verano, y una en invierno.


Este cambio de hora se regularizó en Europa en 1974, de acuerdo con una Directiva Comunitaria creada al efecto durante el contexto de la Crisis del Petróleo.


Esa acción fue promovida por los principales estados europeos como una medida para ahorrar energía y un intento por reducir su dependencia respecto a los países exportadores de petróleo. Estados Unidos también incorporó la medida de forma temporal, pero la adoptó definitivamente a partir de 2007.


Durante la segunda década del siglo XX, numerosos estudios apuntaron a que el ahorro energético derivado de este cambio de hora es menor de lo esperado dadas las mejoras tecnológicas y avances energéticos conseguidos.


Otros consideran que el cambio de horario al de invierno pueden afectar el cuerpo y la mente humana al aumentar la predisposición a la ansiedad o la depresión, alteraciones del sueño o la menor actividad al aire libre. Existen muchos y diversos criterios reflejados en Internet sobre el asunto.

CUBA EN ESTE CONTEXTO


En cuanto a Cuba, y para este año, a partir del domingo 7 de noviembre regirá el horario normal. A la 01:00 de la madrugada de ese día se deberá atrasar una hora en los relojes, con lo cual quedará restablecido el horario normal en todo el territorio nacional, en coincidencia con los países del Hemisferio Norte que lo utilizan.


Con la aplicación del horario normal existirá un mayor uso de la luz artificial, lo que hará crecer la demanda de electricidad en el Horario del Pico Eléctrico, que ocurrirá entre las 05:00 de la tarde y las 09:00 de la noche.


En consecuencia, se realizó un llamado para que, tanto en los hogares como en los centros de trabajo, se adopten medidas encaminadas a utilizar en ese horario sólo los equipos e iluminación necesarios.


Y este es solo el ejemplo de Cuba, pero incluso muchas personas pueden apreciar que en distintos países, equipos electrónicos como ordenadores personales y teléfonos móviles ya tienen incorporado automáticamente ese cambio para facilitar el uso de aparatos y la adecuación al nuevo horario.


arb/rfc

(*) Periodista de la Redacción de Economía de Prensa Latina