Washington, 10 feb (Prensa Latina) El alza de los precios hasta enero en un 7,5 por ciento arrastra hoy al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la baja de su popularidad, según informes oficiales.
Los datos del Índice de Precios al Consumo muestran que los costos subieron el año pasado más rápidamente de lo que esperaban los economistas, quienes no esperaban tal subida, el mayor incremento en 40 años.
Las áreas más afectadas por el incremento en los precios son los combustibles, la vivienda, los comestibles y los costos de los autos.
La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos dio a conocer que el Índice de Precios al Consumidor aumentó 0.6 por ciento en enero, lo que representa que en el último año el costo de todos los artículos subieron 7.5 por ciento.
Los datos mostraron que los incrementos en alimentos, electricidad y vivienda fueron los más afectados.
Además, el nicho de alimentos subió 0.9 por ciento en enero, luego del alza del 0.5 por ciento en diciembre, pero aumentaron un 7 por ciento durante el año pasado, reflejó la oficina federal en un comunicado.
Mientras la energía subió un 0.9 por ciento durante el primer mes del año, un aumento en el índice de electricidad parcialmente compensado por caídas en el índice de gasolina y el índice de gas natural un 27 por ciento en el año.
Aunado a esto, el informe detalló que la vivienda, los muebles, operaciones del hogar, compra de autos y camiones usados, atención médica, así como la adquisición de ropa fueron algunos de los muchos productos que se incrementaron durante el mes.
Esta espiral ascendente es la última sorpresa desagradable para la Casa Blanca y la Reserva Federal después de un año contundente para los consumidores estadounidenses.
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Esto es rápido según los estándares históricos, y aunque es más lento que los aumentos mensuales más rápidos de 2021, también estuvo por encima de las expectativas de los economistas, precisó un informe del diario The New York Times.
No obstante, los analistas anticipan que la inflación bajará significativamente en 2022 y muchos esperan que termine el año cerca del tres por ciento.
La alta desvalorización es un lastre político para la Casa Blanca, ya que el aumento mermó los salarios de los hogares, dejando a los consumidores con un sentimiento de pesimismo.
En una valoración el diario neoyorquino indicó que los responsables políticos expresan más humildad en torno a sus perspectivas de inflación en los últimos meses, especialmente en un momento en el que los puertos siguen atascados.
A ello se suman que los alquileres y los precios de los restaurantes están en alza y los salarios aumentan, factores que podrían mantener el alza al rojo vivo.
Algunos expertos sostienen que se espera que la respuesta política de la Reserva Federal, junto con un lento retorno a unas condiciones empresariales más normales, frene las subidas de precios en los próximos meses.