La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recortó este lunes en un punto su expectativa de crecimiento para México este año y ahora anticipa que el Producto Interno Bruto (PIB) registrará un avance de 2.3 por ciento.
Este ajuste incorpora el escenario de un debilitamiento de la actividad económica originado en la baja que experimenta la inversión privada desde 2019; el impacto de la inflación en el consumo y factores de informalidad así como exclusión financiera y corrupción, que están obstaculizando el crecimiento de la productividad.
Al interior del estudio bienal que realiza para México, destacan “hallazgos” que deben salvaguardarse como son la recuperación económica que es menos heterogénea, el manejo del proceso presupuestario así como “la percepción de corrupción que ha disminuido”. En este punto, destacan que aún con esta disminución “sigue siendo más alta que en países vecinos”.
En la presentación del estudio bienal para México, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann destacó que para impulsar el gasto público sería pertinente incrementar los ingresos tributarios que hoy, siguen siendo los más bajos de los 39 países miembros, que son equivalentes a 16% del PIB. La tasa de ingreso tributario promedio entre los países OCDE es de 33.5% del PIB.
Apoyándose en el estudio de la OCDE, el funcionario sugirió una serie de cambios para conseguir el incremento gradual de los ingresos tributarios que ayuden a México a satisfacer las necesidades de gasto al tiempo que reforzaría el compromiso de México con la sostenibilidad de la deuda.