San Salvador (Prensa Latina) A dos años de alcanzar la cúspide de su valor con 69 mil dólares el 10 de noviembre, el bitcóin tuvo también la mayor caída para crear un ambiente de pánico en El Salvador, donde esta moneda virtual tiene curso legal gracias a una ley aprobada por iniciativa del presidente Nayib Bukele.
Por Luis Beatón
Corresponsal jefe en El Salvador
En su descenso al abismo, el token llegó a la banda de los 15 mil dólares, un remezón que causa alarma entre los que apuestan a su éxito para hacer fortuna y presentarla como una alternativa al dólar y otros activos en tiempo de crisis.
El desplome comenzó cuando Changpeng Zhao, CEO de Binance, la principal plataforma de intercambio de criptomonedas, anunció la firma de una carta de intención de compra luego de que su rival FTX le pidió ayuda para contener una «importante crisis de liquidez».
La decisión sacudió al mercado y el bitcóin, que representa el 40 por ciento del universo de las criptomonedas, comenzó a caer desde la barrera de los 20 mil a los 17 mil dólares, y seguir su hundida el martes 8 de noviembre a un mínimo de 15 mil 663.
Esta caída alcanzó a otras criptomonedas que se desplomaron con fuerza: ethereum cotizaba 12.3 por ciento por debajo de su valor de las últimas 48 horas, BNB un -16.7 por ciento, XRP un -12.9, cardano -10.6, dogecoin 13.4. Esta última, seleccionada por la nueva administración de Twitter para integrar a su pasarela de pagos.
Al explicar el pánico causado, los expertos señalaron que los problemas de FTX «muestran que la liquidez en las plataformas de criptomonedas es muy variable», según señaló Dan Dolev, analista del megabanco japonés Mizuho, quien destacó que «hay muy pocos capitales» detrás como respaldo.
Los adeptos a las criptos y tecnologías de blockchain están acostumbrados a períodos de bonanza seguidos de problemas desde que el bitcóin vio la luz en 2009. El valor de mercado de las criptomonedas subió hasta tres billones de dólares en noviembre del año pasado, antes de caer a menos de un billón en junio de 2022, valoró el diario salvadoreño El Mundo.
Estos altibajos al parecer serán frecuentes pues el activo en El Salvador ya registró una leve recuperación el 10 de noviembre, cotizándose en alrededor de los 17 mil dólares, tras caer el miércoles hasta los 15 mil.
Por «cosas» del mercado, la plataforma Binance renunció a rescatar a FTX, luego de hacer un análisis de sus cuentas y ante las potenciales investigaciones por parte de las autoridades estadounidenses, y luego de anunciar su intención de dar ese paso.
Es el rejuego de los que dominan los criptoactivos. Antes de la crisis, Changpeng Zhao advirtió que la operación todavía debía superar el proceso de diligencias previas y que esta plataforma de compraventa (‘exchange’) de criptomonedas y otros activos criptográficos podía retirarse en cualquier momento del acuerdo, lo cual finalmente sucedió.
PÉRDIDAS GENERALIZADAS
El anuncio fue muy mal acogido en el mercado de las criptomonedas, al causar caídas generalizadas en todas sus versiones, pero el desplome más acusado era la de FTT, la moneda de FTX, que sufrió la zambullida de un 76 por ciento en las dos horas siguientes.
Antes de la retirada, en una conferencia con inversores previa al desistimiento de Binance, el consejero delegado de FTX, Sam Bankman-Fried, cifró el agujero de la plataforma en unos ocho mil millones de dólares.
Incluye la necesidad de alrededor de cuatro mil millones para que la firma pudiera mantener su solvencia, según informaron fuentes conocedoras a Bloomberg, compañía estadounidense de asesoría financiera, software, data y media bursátil.
La alarma se mantiene y no son pocos los asesores financieros que consideran el fiasco de FTX como una muestra de por qué la regulación de la industria de las criptomonedas es más crítica que nunca.
Ante esta situación algunos expertos estiman que los participantes de la industria y los supervisores financieros ahora deben aprovechar este momento como un punto de inflexión y trabajar juntos para apuntalar aún más el sector e infundir confianza y transparencia por medio de una regulación sensata y viable.
Esto tal vez sea un freno a futuras situaciones de pánico y crisis en este «nuevo mercado». La debacle de la plataforma de criptomonedas FTX, dirigida por uno de los gurús del mundo cripto, da una nueva señal de alarma para un sector joven frecuentemente sacudido por quiebras y golpeado por el contexto económico internacional.
El descenso del bitcóin y el pánico causado pueden ser una alerta temprana sobre el futuro de este tipo de activos, e incluso, según comentaristas, podría tener impacto en la supervivencia de muchas de estas empresas en un sector aún por despegar.
Sin embargo, pese a los tropiezos hay adeptos a las criptos y tecnologías de blockchain, acostumbrados a períodos de bonanza seguidos de problemas desde que el bitcoin vio la luz en 2009, que mantienen su apuesta.
Hay ejemplos que justifican estas tendencias. El valor de mercado de las criptomonedas subió hasta tres billones de dólares en noviembre del año pasado, antes de caer a menos de un billón en junio de 2022.
Esto indica que los vaivenes pueden ser recurrentes de la misma forma que el pánico siempre estará presente y, mientras tanto, flota en el aire una interrogante. ¿Serán las criptomonedas una alternativa al patrón dólar en tiempos de crisis?
EN EL SALVADOR
Según dijo el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, durante el programa estadounidense de Tucker Carlson en la cadena FOX sobre esta moneda de curso legal en su país, «cada vez más personas del mundo occidental buscan sistemas alternativos, descentralizados, con mayor independencia, que no se puedan confiscar ni censurar».
«Estamos en el proyecto de construir una nueva ciudad y minamos bitcóin con el poder de los volcanes», dijo en esa entrevista Bukele, que ve en este activo un futuro promisorio para el país, pero algunos observan con cierto recelo las presuntas bonanzas ofrecidas por el bitcóin y temen quemarse con la lava de los volcanes a que aduce de modo figurado el mandatario.
Pese al optimismo de quien es uno de los principales activistas de las criptomonedas, en su propio país las encuestas señalan que el 77.1 por ciento de la población preguntada cree que el gobierno debería «dejar de gastar dinero público» en el bitcóin.
No obstante, con respecto a los detractores de sus decisiones, Bukele mencionó que existe mucha prensa negativa con las medidas de su gobierno, desde la mayoría de todas las publicaciones económicas del hemisferio.
«Estas publicaciones financieras publican mentiras (la caída fue una realidad), pero sabes, algo especial que tienen las mentiras es que no duran mucho tiempo. Cuando las personas se dan cuenta que las cosas no tienen sentido o ellos mismos ven la diferencia, ven las cosas desde otra línea y ven la realidad», dijo Bukele en la entrevista con Carlson.
La realidad, subrayó, siempre se impone sobre las mentiras porque es real. Es más fácil sustentar, dijo el mandatario salvadoreño, quien parece decidido a continuar con la promoción de este activo virtual.
El precio del bitcóin se disparará en 2023, una premonición pitonisa que pudiera respaldar las apuestas ahora, en tiempo de pánico, de quienes creen que esta «moneda» es una alternativa al dominio del dólar en la economía mundial.