Ciudad de México, 26 nov (Prensa Latina) Millones de mexicanos desbordaron literalmente el Paseo de la Reforma, la Avenida Juárez y el Zócalo donde solo unos miles pudieron entrar, para acompañar a Andrés Manuel López Obrador en su victoriosa marcha.
Los cálculos del mandatario de concentrar a dos millones de personas en apoyo de su programa de gobierno IV Transformación para el cambio de la vida social y económica de México, parece haber cumplido las expectativas e incluso superarlas.
Compatriotas de todo el país llegaron a la capital desde los 31 estados con largas caravanas y los líderes de los gobiernos al frente, excepto aquellos pocos en los que domina el Partido Acción Nacional cuyos bloques fueron encabezados por el partido Morena y sus aliados.
Ni un solo policía se vio en la gigantesca marcha y el orden lo resguardaron los propios ciudadanos.
Fue tan masivo el desfile que casi dos horas después de haberse iniciado desde la columna El Ángel de la Independencia el bloque en el que marchaba el presidente no había llegado al céntrico nodo de Reforma e Insurgentes, a menos de dos kilómetros, porque la gente retrasaba la marcha en aglomeraciones para verle la cara o intentar estrecharle la mano o tocarlo.
Sin embargo, no hubo incidente alguno, pero se pensaba que no iba a poder llegar al Zócalo por la lentitud de la marcha, el sol agotador y la hora. Aunque hubo insignificantes eventos de provocación, pasaron prácticamente desapercibidos porque la gente cumplió la orientación de ignorarlos y no enfrentarlos ni de palabras.
Tres horas después de la marcha, López Obrador no había logrado todavía rendir el informe a la nación por el cuarto aniversario de su asunción del gobierno el 1 de diciembre de 2018, adelantado para hoy domingo porque ese día es jueves laboral y no se hubiera podido hacer la marcha.