Ciudad de México, 23 dic (Prensa Latina) Pablo Monroy, exembajador expulsado de Perú por el régimen golpista, explicó hoy la situación vivida por la antidiplomática actitud de las autoridades que derrocaron al presidente constitucional Pedro Castillo el día 7.
Presentado en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador en Quintana Roo, el diplomático dio detalles de la actuación en Perú hasta ayer cuando regresó a México después de ser declarado persona non grata.
Dijo que fueron tres los retos enfrentados por la embajada, el primero de estos velar por la seguridad y bienestar de los más de 500 mexicanos en Perú en el momento del golpe, para lo cual hubo que hacer un registro urgente de todos sus compatriotas, incluidos residentes y turistas, así como sus lugares de ubicación y condición en la cual se encontraban.
Entraron en contacto con todos ellos, la mayoría de los turistas en el Cusco, aeropuertos, la mayoría de estos cerrados, y carreteras con 63 puntos bloqueados, y lograron apoyarlos e incluso asistirlos hasta con alimentos, médicos y recursos a aquellos que se habían quedado sin dinero, caso por caso.
Al día de hoy, señaló, ya más del 90 por ciento de ellos pudieron ser sacados del país y regresar a México o están en Lima listos para viajar.
Consideró el segundo objetivo muy bien cumplido: honrar la larga tradición de asilo por parte de México a aquellas personas extranjeras con peligro de perder su vida, y se le concedió al expresidente Pedro Castillo y a su esposa y dos hijos, pero él no pudo concretarlo porque fue hecho prisionero antes de llegar a la sede diplomática, aunque su familia sí lo logró y desde al día siguiente fueron acogidos y ya están en México.
El tercero fue «mantenernos atentos al desarrollo de la situación, mantener canales de diálogos con todos los actores políticos, obtener información confiable del desarrollo de la situación y transmitirla, lo relacionado con violaciones a los derechos humanos y las acciones de inconstitucionalidad del Congreso», dijo.
El presidente López Obrador destacó ese papel desempeñado por Monroy y reafirmó la política de asilo honrada por México desde la época del general Lázaro Cárdenas.