Ciudad de México, 8 mar (Prensa Latina) Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideraron efectos duales de la apreciación del peso frente al dólar, en un boletín del alto centro de estudio.
Los profesores estimaron que el incremento del valor de cambio de la moneda nacional mexicana no es resultado de manipulaciones, y que se mantenga fuerte ante su referente, el dólar, ayuda a reducir la carga de la deuda externa y de forma eventual, a bajar la inflación por el lado de los bienes de importación que se consumen en el país.
Sin embargo, explican, al mismo tiempo no es buena noticia para las exportaciones, la principal fuente de divisas hacia el país, pues amplía el riesgo de que posiciones especulativas apuesten por ella sólo en la coyuntura.
José Márquez, del Instituto de Investigaciones Económicas, destacó entre las monedas que se han estado revaluando frente al dólar al real brasileño, el rublo ruso, el peso peruano y el mexicano, este último es la que mejor rendimiento ha tenido, en parte por el diferencial de 6,5 puntos porcentuales que tiene la tasa del Banco de México respecto de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Su compañera Eufemia Basilio Morales explicó que la época del «superpeso», como se le llama en esos círculos, se mantiene pese a las alzas en la tasa de interés en la nación vecina desde diciembre de 2021, y en particular en estos últimos tres meses, cuando la moneda mexicana recuperó 6,0 por ciento de su valor.
Márquez Estrada detalló que entre los factores de la revaluación del peso se encuentra la estabilidad macroeconómica.
A diferencia de estados que adquirieron créditos en medio de la pandemia y ahora enfrentan falta de crecimiento con más obligaciones financieras, en México no tenemos esa doble crisis, indicó.
De todas formas su colega Basilio Morales alertó no caer en un exceso de confianza, dado que esta apreciación del peso se explica más por factores externos, así que puede no ser tan duradera.
Refirió que entre los beneficios del actual valor se encuentra una eventual baja en la inflación por el abaratamiento de las importaciones y un menor costo de la deuda externa tanto de empresas como del sector público.
Pero persiste la otra cara de la moneda: Entre los efectos negativos se encuentran la devaluación de las exportaciones automotrices y agroalimentarias que tienen su mercado en dólares cuya caída tiene un efecto en los destinos turísticos más atractivos para visitantes extranjeros.
Además, afecta a las familias que reciben remesas desde Estados Unidos, al poder comprar menos con la misma cantidad de dinero, y ya se ha observado que las posiciones especulativas han apostado por el peso, pero esto no necesariamente se traduce en capital de largo plazo en el país, explicó la investigadora.