Un Joker sin Heath Ledger

Por Adis Marlén Morera

La Habana, 22 abr (Prensa Latina) Nadie imaginó que entregarse en cuerpo y alma a la interpretación le costaría la vida al australiano Heath Ledger, ganador de un Oscar póstumo a mejor actor de reparto por su brillante personificación del Joker.
En la obra cinematográfica Batman: el caballero de la noche (2008), dirigida por Christopher Nolan, el actor encarnó al payaso demente, también conocido como Guasón. Ese mismo año, su familia recibió en su nombre el más importante galardón que otorga en Estados Unidos la industria del séptimo arte.
Según la crítica especializada, Ledger logró una de las mejores versiones del Joker; con talento y habilidad se despojó de su piel para luego sumergirse en la de este lunático personaje.
«Cada escena la hablábamos antes y me daba pistas de lo que iba a hacer, una vez que prendía la cámara, el resultado era algo impredecible», manifestó Nolan.
Sobre el rol, el artista refirió en una oportunidad que lo veía como un «payaso psicópata, asesino en serie y esquizofrénico sin un gramo de empatía». Consideraba que no existían límites sobre lo que el Joker pudiera decir o hacer. «Nada lo intimidaba, y todo era una gran broma para él».
Atraído por este comportamiento, el joven intérprete enfrentó un duro proceso de preparación que lo llevó a frecuentar varias veces en un mes la habitación de un hotel, donde se encerraba con un pequeño diario y experimentaba con voces. Para Ledger, era importante encontrar una voz y una risa un tanto icónica.
Es innegable que lo consiguió, pero ese tiempo en el cual llevó al límite sus cualidades interpretativas terminó por apagar su vitalidad en el mejor momento de su carrera. Con solo 28 años, lo consideraban uno de los mayores exponentes de su generación dentro del universo cinematográfico.
Para entonces, su nombre figuraba en varias producciones como 10 Things I Hate About You (1999), Monster’s Ball (2001), A Knight’s Tale (2001), The Order (2003), Casanova (2005), The Brothers Grimm (2005) y Brokeback Mountain (2005).
Tras su deceso surgieron numerosas teorías, lo cierto es que en la última etapa de su existencia experimentó rupturas emocionales y depresión, además del estrés que le provocaba el trabajo. Estos factores le impedían conciliar el sueño y lo condujeron a mezclar grandes porciones de medicamentos para combatir el insomnio.
Resultado de una sobredosis, el 22 de enero de 2008 Heath Ledger perdió su mayor batalla, en un instante la risa del Joker se silenció, las luces de los reflectores comenzaron a parpadear y el mundo del entretenimiento vistió de luto en honor a aquel chico que entregó vida, alma y corazón al arte y al espectador.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)