Por Fausto Triana
Madrid, 27 jun (Prensa Latina) Mientras Shakespeare concebía Sueños de una noche de Verano, Miguel de Cervantes terminaba La casa de los celos y selvas de Ardenia, una comedia incomprendida que hoy se aprecia en España.
Sin apelar a las brujas de Macbeth ni al espectro de Hamlet, el autor de Don Quijote de la Mancha sentía la necesidad de mostrar su propia impronta teatral de una veintena de comedias escritas, y el visto bueno de la crítica, que fue todo lo contrario, despiadada y avasalladora.
Ahora, casi cuatro siglos más tarde, la fundación española Juan March hace un acto de justicia y rescata una faceta prácticamente desconocida de Cervantes, como consecuencia de la sombra que suponía Lope de Vega, durante el Siglo de Oro de la cultura nacional.
La obra se estrenará el 29 de junio en el Festival Clásicos en Alcalá de Henares, y la fundación Juan March acogerá después cinco representaciones los días 12, 13, 14, 15 y 16 de julio.
Estreno mundial, diríase, porque en realidad lo es y aunque España todavía no parece reaccionar ante la dimensión de este hecho inédito, se trata de un hecho sin precedentes.
Si algo así ocurriera con Moliere en Francia, Shakespeare en Inglaterra o Schiller en Alemania ya se estaría hablando de reescribir la historia de la
cultura europea, reflexionó Javier Gomá, director de la fundación Juan March, que auspicia la puesta en escena de La casa de los celos y selvas de Ardenia.
¿Hasta qué punto fue denostada? La crítica no pudo ser más voraz.
«Sólo la reverencia debida a su inmortal autor impide colocar esta obra entre las que él llamaba conocidos disparates», escribió Menéndez Pelayo, en tanto Ynduraín, otro filólogo e historiador reconocido, decía que «tomar el pulso de Cervantes crítico de sí mismo (…) no debe olvidarse La casa de los celos y lo que es más grave, que la mandó a imprenta».
-RECONCILIACION CON CERVANTES
El preestreno ayer lunes en la noche en el teatro de la fundación Juan March de Madrid, marcó el comienzo de una fascinante andadura, ojalá con mucho recorrido.
Luego, el 29 de junio será el gran acontecimiento a unos 45 kilómetros de esta capital, en Alcalá de Henares, la tierra natal de Miguel de Cervantes y Saavedra (29 de septiembre de 1547), en el umbral de su casa hay dos esculturas de don Quijote de La Mancha y Sancho Panza.
Durante siete meses, el director teatral Ernesto Arias, la responsable de dramaturgia Brenda Escobedo, actores y la productora Escéna Te, investigaron exhaustivamente la obra y su interpretación.
Entendimos que durante el Siglo de Oro, Cervantes no era del gusto de la crítica en la dramaturgia, pero al profundizar encontramos una obra que enaltece su genialidad, comentó Arias a un grupo de periodistas.
«En Cervantes existe una curiosa paradoja. Considerado unánimemente el mejor autor en lengua española, ha sido ampliamente estudiado, analizado, difundido, siendo el Quijote, las Novelas ejemplares y los Entremeses de las obras más representadas del teatro clásico. Sin embargo, sus comedias apenas se escenifican», apuntó Arias.
La obra tiene dos líneas argumentales que avanzan en paralelo: la caballeresca y la pastoril; la primera trata de la rivalidad de dos caballeros de la corte de Carlomagno (Roldán y Reinaldos) que se enamoran de una misma mujer (Angélica, princesa exótica).
En tanto, la segunda línea argumental es un espejo de la primera, pero en tono bucólico: dos pastores (Lauso y Corinto) tienen un delirio compartido porque aman a la misma pastora (Clori).
Los dos argumentos paralelos se encuentran en el tema amoroso y conviven en las selvas de Ardenia, un bosque mágico en el que desembocan todos los personajes y en donde acontece la mayor parte de las acciones.
«Hemos planteado un exquisito y respetuoso homenaje a Cervantes, respetando su estilo, no reinterpretándolo; pensamos que la obra tiene un enorme valor estético de gran trascendencia», argumentó la dramaturga de origen mexicano Brenda Escobedo.
«Cervantes es un revolucionario. ¿Entonces no solo inaugura la novela moderna con don Quijote? Su visión teatral es muy vanguardista. Para entenderlo no podemos remitirnos a Lope de Vega o Shakespeare, por ejemplo, sino a Bertolt Brecht y Eurípides, afirmó Escobedo.
En ninguna obra, añadió la especialista, se manifiesta tan claramente que es la convención dramática y el arte teatral lo que viene a construir la trama. «Cervantes levanta un laberinto en donde todos son víctimas de sus propias ilusiones y sus propios delirios», completó