Ciudad de México, 1 ago (Prensa Latina) El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México puede ser este año de 3,0 por ciento o superior a pesar de la crisis inflacionaria, afirmó Gabriela Siller, economista jefa de Banco Base.
En un informe de esa entidad la especialista señala que si el país tiene la capacidad de aprovechar todas las oportunidades que ofrece la relocalización de empresas (nearshoring), la expansión de la economía podría ser de hasta 3,5 por ciento en los siguientes años, y en 2025 se alcanzarían los niveles que se tenían en 2019, el año previo a la pandemia.
Siller señaló que actualmente hay un escenario optimista para el desempeño de la actividad económica en México, pues los niveles de consumo, los de inversión fija bruta e incluso la recuperación del sector automotriz, han sido mejor a lo que se anticipaba al iniciar el año.
Agregó que la relocalización de empresas, ha impulsado la llegada de capitales y los niveles de inversión, aunque el país debe hacer cambios para no quedar como un segundo receptor de empresas.
La economista de Banco Base está entre el grupo que cree que la fortaleza del peso con respecto al dólar ha afectado a las familias que reciben remesas.
Aduce que la moneda estadounidense ha perdido parte de su poder adquisitivo, y llega a una conclusión si explicar su basamento de que esa situación podría provocar una contracción de 11,1 por ciento en el valor de los envíos de dinero.
Algunos economistas contrarios a esa idea, indican que la inconsistencia de tal aseveración está en que no toma en cuenta que el Índice del Precio a los Consumidores (IPC) ha bajado sustancialmente en México y sus beneficios están llegando a la canasta básica familiar y alquileres.
Agregan que la inflación no afectó el gasto de transporte público, que se extiende el servicio gratuito de atención médica y medicamentos, y son menores los gastos de educación con la distribución de textos gratuitos.
La especialista, añaden, no observa el lado positivo del fortalecimiento del peso, ni el aumento de la confianza de los inversionistas en el sistema financiero mexicano lo cual hace al país muy seguro y atractivo para invertir.
La moneda nacional lleva siete meses consecutivos apreciándose frente al dólar y eso es sinónimo de fortaleza económica, agregan.
De acuerdo con datos del Banco de México, el peso se apreció 2,17 por ciento en julio, equivalente a 37 centavos ante el dólar, para cerrar el séptimo mes del año en 16,7442 unidades por billete verde spot.
Desde que inició el régimen de libre flotación, no existe un periodo mayor a ocho meses de apreciación sostenida del peso frente al dólar, según datos del equipo de análisis del propio Banco Base dirigido por Siller.