A un año del Gobierno del cambio

Bogotá, 13 ago (Prensa Latina) El Gobierno del Pacto Histórico, encabezado por Gustavo Petro y Francia Márquez, cumplió el 7 de agosto su primer aniversario con la ruta delineada para concretar el cambio en Colombia.
«Colombia no necesita fracturas, sino de un acuerdo nacional que traiga la paz. Colombia no necesita de odios. De odios nos hemos matado desde que se fundó la República», expresó Petro al presentar un balance de su gestión.
Desde el puente de Boyacá, donde Simón Bolívar libró la batalla que abrió el camino a la independencia de la nación neogranadina, el jefe de Estado aseguró que «a un año del inicio del Gobierno del cambio, el país está encontrando, por fin, la forma de dejar atrás un pasado de violencia, injusticia, discriminación y explotación.
«Está dejando atrás los complejos de inferioridad y la resignación a un supuesto destino en donde el poder solo puede corresponderles a las castas que siempre lo han detentado y lo consideran su propiedad personal y hereditaria», subrayó el mandatario.
Por esta razón, reiteró que su Gobierno no quiere excluir a nadie y en sus acciones y palabras ha demostrado que busca un pacto nacional.
La promesa de dignificar al pueblo sigue siendo «una prioridad», por lo cual «ese acuerdo no puede significar que el pobre siga arrodillado, encadenado, dejado, maltratado, recibiendo las migajas que caen de la mesa», enfatizó.
Lo que se pretende es que el Gobierno, los partidos de oposición, empresarios, comunidades, partidos, organizaciones sociales, sindicatos y la gente del común se puedan sentar a dialogar sobre sus problemas concretos y los problemas de la sociedad colombiana.
«Eso es el acuerdo nacional, es materializar la promesa del cambio entre todas y todos. Un cambio pedido a gritos en las calles y en las urnas. El pueblo tiene unas expectativas que no podemos defraudar», recalcó.
El presidente se refirió en su informe a las reformas que requiere Colombia para garantizar los derechos de los ciudadanos.
«No estamos condenados al desencuentro y la animosidad. No estamos condenados a cien años de soledad. No somos de las estirpes condenadas de la tierra. Pero creo firmemente que las colombianas y los colombianos tenemos el coraje y la valentía para no desaprovechar este momento único en la historia», concluyó.