Beijing, 30 ago (Prensa Latina) China rechazó la politización de negocios y Estados Unidos se quejó por restricciones, las discrepancias continuaron hoy entre ambas potencias, pero al menos establecieron un nuevo mecanismo de comunicación para ventilarlas.
La secretaria de Comercio del país norteamericano, Gina Raimondo, finalizó su agenda en el gigante asiático con ese y otros acuerdos similares alcanzados luego de la reunión con el homólogo chino, Wang Wentao.
Esta fue la primera visita de un titular de Comercio de Estados Unidos en cinco años, lo que ya de por sí es un éxito porque la comunicación cara a cara es importante cuando se trata de resolver un diferendo tan profundo.
No obstante, la divergencia entre las dos principales economías fueron evidentes: Beijing insistió en la necesidad de un entorno de políticas favorables para la cooperación empresarial y Washington calificó a su contraparte como un terreno riesgoso para la inversión.
Una declaración conjunta anunció la creación de un grupo de trabajo compuesto por funcionarios gubernamentales a nivel de viceministros y empresarios que dos veces al año evaluarán soluciones para asuntos de negocios específicos.
Asimismo, las dos partes pusieron en marcha un mecanismo de intercambio de información sobre controles de exportación, el cual funcionará de conformidad con sus respectivas leyes.
China y Estados Unidos acordaron además que expertos de ambos países sostengan consultas técnicas sobre la protección de secretos comerciales y de la información empresarial confidencial.
Durante los encuentros, la parte china subrayó que el comercio bilateral es la piedra angular de los nexos entre estas naciones e influye en la economía global.
El ministro Wang expresó preocupación por asuntos como los aranceles de Estados Unidos sobre productos chinos, sus políticas acerca de semiconductores, las restricciones a la inversión, los subsidios discriminatorios y las sanciones a las empresas chinas.
Subrayó que la generalización del concepto de seguridad nacional no favorece los intercambios económicos y comerciales normales, al tiempo que rechazó las medidas unilaterales y proteccionistas.
En sus declaraciones la funcionaria calificó de productiva la visita -que se extendió a la ciudad de Shanghai- y reconoció que existen preocupaciones de ambas partes para resolver en el camino.
Una ruta en la que trabajaron tres altos funcionarios de la administración de Joe Biden que la precedieron en menos de tres meses, y por la que también apuesta China.
Sin embargo, poco antes de llegar Raimondo aquí, una orden de la Casa Blanca limitó aún más las inversiones en los sectores de semiconductores y microelectrónica, tecnología de información cuántica e inteligencia artificial en el gigante asiático.
Difícil entonces el camino cuando además se le suma la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos con el apoyo al separatismo en Taiwán, tema que por estos días trae nuevas tensiones a los deteriorados nexos bilaterales.