Washington, 4 sep (Prensa Latina) Como una imagen surrealista se difunden hoy imágenes de miles de personas atrapadas en el desierto estadounidense de Black Rock, Nevada, cuando fuertes lluvias convirtieron su participación en el festival anual Burning Man en una tragedia.
Para este lunes se espera la posible reapertura de las carreteras de entrada y salida de Black Rock después de que el diluvio casi macondiano -parafraseando al nobel colombiano Gabriel García Márquez- provocó el cierre vial el sábado.
Para la realización del evento cultural y recreativo -que este año se programó del 27 de agosto al 4 de septiembre-, los organizadores construyeron una ciudad temporal para el hospedaje de los asistentes. Pero todo aquello se redujo a un fango hasta los tobillos que impedía la circulación cuando en apenas 24 horas esa zona remota en medio de la nada recibió lluvias equivalentes a dos o tres meses de precipitaciones.
«Cada paso parecía como si camináramos con dos grandes bloques de hormigón en los pies», relató a CNN uno de los presentes allí tras lograr salir del festival con sus amigos luego de caminar unos tres kilómetros por el fango.
Se estima que alrededor de 72 mil personas están todavía en Black Rock, según los organizadores que, por cierto, informaron para este lunes la tradicional quema del hombre «el enorme tótem al que se prende fuego en la culminación del festival» porque ayer domingo, cuando suelen hacerlo, se opuso el mal tiempo.