Fráncfort. El Banco Central Europeo (BCE) subió este jueves 0.25 puntos su tasa directriz a 4 por ciento, encadenando diez incrementos seguidos, en el marco de una política monetaria para anclar la inflación en la zona euro, pese a la presión para estimular la alicaída economía.
«La inflación sigue desacelerándose, pero se espera que continúe en un nivel demasiado elevado durante un periodo demasiado largo», informó en un comunicado el emisor de los 20 países que usan el euro.
Los gobernadores del BCE volvieron a subir los tipos y fijaron en 4 por ciento la tasa de depósitos, clave para las operaciones bancarias en la zona euro, que se sitúa ahora en su nivel más alto desde la introducción de esta moneda en 1999.
Asimismo, el banco central ajustó al alza sus previsiones sobre los precios para 2023 y 2024, con una subida de 5.6 por ciento este año y de 3.2 el próximo.
En 2025 el emisor proyecta un nivel de inflación de 2.1 por ciento, que está cerca de los objetivos a medio plazo de la entidad, fijados en torno a 2 por ciento.
El BCE recortó además sus pronósticos para el crecimiento de las economías de los países del euro, con una expansión del PIB prevista de 0.7 por ciento en 2023, de 1 en 2024 y de 1.5 en 2025.
En su análisis hecho en junio, la entidad pronosticó un crecimiento económico de 0.9 por ciento este año, de 1.5 en 2024 y de 1.6 en 2025.