Mexicanas Agúndez y Orozco, una mancuerna de oro en clavados

Santiago de Chile, 21 oct (Prensa Latina) No ganaron el oro las dos juntas esta vez porque competían por separado, pero las mexicanas Gabriela Agúndez y Alejandra Orozco lograron un uno-dos histórico en la plataforma individual femenina de los Panamericanos de Santiago 2023.
Para describir su actuación, pocas voces más autorizadas que la canadiense Caeli McKay, quien empezó dominando la prueba, pero tras un tercer salto defectuoso poco pudo hacer ante la consistencia de las mexicanas.
«Estuvieron impresionantes», valoró la subcampeona de Lima 2019 y medallista de bronce en el reciente Mundial de Fukuoka.
Pocos minutos después, compareció Abundez en la zona mixta, la felicidad hecha persona. Con la sonrisa amplia, los rizos sueltos.
«La verdad que sí soñaba con ser campeona panamericana», declaró, aunque dijo sentirse especialmente satisfecha por su desempeño, tras mejorar en cada intento los saltos que había realizado un día antes en las preliminares. También se mostró feliz por la plata de Orozco.
«Creo que somos un equipo bastante fuerte. Lo hemos demostrado en otras ocasiones y hoy somos el uno-dos de América en la plataforma individual», expresó antes de deslizar que ambas buscarán el lunes, ahora sí juntas, otra medalla dorada en la prueba de sincronizado.
«No nos vamos a confiar. Sabemos que está fuerte la competencia, pero también que tenemos el potencial. Es la prueba donde somos medallistas olímpicas, así que lo vamos a dar todo», dijo la atleta de 23 años.
Casi, casi, al mismo tiempo, la secundó su compañera de equipo, subrayando que ambas son «una gran mancuerna».
«Las dos lo hicimos muy bien, pero estoy muy orgullosa de Gaby. La he visto trabajar y cómo se ha esforzado», afirmó Orozco, al destacar el apoyo que se dan mutuamente, contagiándose de cosas positivas la una a la otra.
En ese sentido, descartó que exista ninguna rivalidad entre ambas, incluso cuando compiten individualmente, pues «al final en la plataforma no existen contrarios».
«Eres tú solo con tus clavados, con tu concentración, con tu cabeza y eso es lo que importa», expresó la jalisciense, con sonrisa tan amplia como la ganadora del título.
México, por cierto, demostró poseer una auténtica mina de oro en sus clavadistas, pues más tarde también Osmar Olvera sentó cátedra en el trampolín de un metro para hombres.
De ese modo, el país de ornamentalistas tan ilustres como Joaquín Capilla y Paola Espinosa barrió literalmente en las primeras dos finales disputadas en el tanque de saltos del Centro Acuático en la capital chilena.