Mundial de rugby: cuenta regresiva para el All Blacks-Springboks

París, 24 oct (Prensa Latina) El planeta rugby está de fiesta y en cuenta regresiva para la madre de todas las batallas, con la final el sábado Nueva Zelanda-Sudáfrica en el Stade de France por la décima Copa del Mundo.
En el coloso de Saint-Denis, con capacidad para 80 mil espectadores, no solo se disputará el duelo por el título, sino el choque por la supremacía universal en el espectacular deporte de 15 jugadores en cancha, ya que tanto los All Blacks como los Springboks africanos ya tienen en sus vitrinas tres coronas, y el ganador quedará solo en la cima.
Mucho se habló en los últimos años de la forma de Irlanda, llegó aquí como líder del ranking global, del buen nivel de la anfitriona Francia o del accionar de Escocia, sin olvidar al siempre peligroso equipo de La Rosa (Inglaterra), pero el terreno dio los giros necesarios para que el hemisferio Sur y sus dos colosos sacaran cita con la gloria.
Nueva Zelanda pasa por una transición generacional, después de los títulos de 2011 y 2015, con pocos sobrevivientes y uno en particular, el segunda línea Sam Whitelock, quien a sus 35 años recién cumplidos busca convertirse en el primer rugbista tricampeón mundial.
Por su parte, Sudáfrica es la defensora de la corona, conseguida en Japón-2019, con una escuadra que el técnico Jacques Nienaber armó sin muchas caras nuevas, aunque lamentando ausencias como las del «hooker» Malcolm Marx y las de los titulares hace cuatro años en tierras niponas Lukhanyo Am y Lood de Jager.
Ambas escuadras tuvieron tropiezos antes de la final sabatina, que será el quinto duelo particular en mundiales, pues los All Blacks debutaron con derrota 13-27 frente a los locales el 8 de septiembre y los Springboks fueron superados por Irlanda 8-13 dos semanas después, por lo que terminaron sublíderes en sus respectivos grupos.
En los cuartos de final, Nueva Zelanda sacó la casta contra Irlanda 28-24 y arrolló en semifinales a Los Pumas argentinos 44-6, mientras Sudáfrica ha sido todo sufrimiento para dejar en el camino a Les Bleus 29-28 en cuartos y después a los ingleses 16-15, en un encuentro que perdían 6-15 a solo 11 minutos del final.
Hablar de un favorito sería demasiado atrevido, cualquier cosa puede pasar en este clásico, una reedición de la final histórica de 1995, jugada en Johannesburgo ante los ojos del eterno Nelson Mandela, en la cual los locales vencieron 15-12 a los All Blacks, después de perderse las citas universales de 1987 y 1991 al estar sancionada Sudáfrica por el apartheid.
Las poderosas escuadras volvieron a enfrentarse en 1999 por el tercer puesto, otra vez con triunfo africano; en los cuartos del 2003, esta vez con éxito neozelandés; en las semifinales del 2015, nuevamente con sonrisa para los All Blacks; y en la fase de grupos del torneo del 2019, otra vez con victoria maorí.
Esa es la historia escrita, el 28 de octubre se trazará una bien diferente por lo que estará en juego para los All Blacks, quienes jugarán la cifra récord de una quinta final mundial en el rugby XV, y para los Springboks, enrolados en su cuarta.
Previo al plato fuerte, resultará también muy interesante la batalla del viernes por la parte más baja del podio entre Inglaterra y Argentina, con la primera selección con la etiqueta de favorita, por lo que se ha visto aquí.