Brasilia, 21 abr (Prensa Latina) Diseñada como proyecto futurista que se distingue por su arquitectura innovadora, monumental, blanca y moderna, Brasilia cumple hoy 64 años como capital federal de Brasil, idealizada siempre como sede del Gobierno.
La plaza de la Torre de TV resulta el escenario de las atracciones culturales, promovidas por la administración del Distrito Federal (DF).
«El aniversario de Brasilia es uno de nuestros eventos anuales que representa una gran oportunidad para promover la descentralización de la cultura en el Distrito Federal, valorizando la diversidad y alcanzando el mayor número de regiones», afirmó el secretario de Cultura y Economía Creativa del DF, Claudio Abrantes.
Comentó querer que no sea «solo una celebración, sino un marco de inclusión y participación de toda la comunidad brasiliense en las manifestaciones culturales».
Prensa Latina constató que el espacio para la conmemoración cuenta con ambiente orientado a la familia y los espectáculos artísticos, que comenzaron en la tarde y se extenderán hasta la noche.
Agrupadas principalmente en el lado norte de la ciudad, las atracciones se dividen en cuadras.
Choro (ambiente musical fuertemente influenciado por ritmos africanos, como Lundu), jazz, samba, reggae y música electrónica, sirven de entretenimiento durante toda la jornada.
Desde los vendedores de helados hasta las barbacoas, desde los puestos de jugo natural hasta los de comidas rápidas, hay una verdadera fiesta de sabores.
Por todo el recorrido aparecen estanquillos que ofrecen de todo, incluyendo artesanía local, pareos y ropas coloridas.
Aunque Salvador de Bahía fue capital de 1534 a 1763 y Río de Janeiro desde esa última fecha a 1960, en la época colonial revoleteaba la idea de llevar el centro de poder del país a la región central, para evitar ataques por mar.
Pero, la posibilidad solo comenzó a ganar fuerza en 1823, cuando José Bonifacio de Andrada e Silva, conocido como el Patriarca de la Independencia, reforzó la propuesta de trasladar la sede de las decisiones nacionales al interior del territorio y sugirió el nombre de Brasilia.
La visión terminó siendo interpretada como un presentimiento del lugar en el que debería ser construida. Pero, solo comenzó a ser factible en 1891, cuando se incluyó la determinación de su área en la primera Constitución.
Tras una dilatada espera, en 1956, con la nueva demarcación de la futura capital, el presidente Juscelino Kubitschek comenzó realmente la realización del proyecto bajo la guía de los urbanistas Lúcio Costa y ûscar Niemeyer.
Como arquitecto responsable de la construcción de los monumentos, Niemeyer fue el autor de las principales estructuras de la emblemática ciudad: el Congreso Nacional, los palacios del Planalto y de la Alvorada, el Supremo Tribunal Federal y la Catedral de Brasilia.