París, 26 abr (Prensa Latina) El lema «Citius, Altius, Fortius-Communiter» llega como un susurro, el espíritu de los Juegos Olímpicos poco a poco se apodera de París, que está hoy a solo tres meses de acoger la magna fiesta del deporte.
El 26 de julio del 2024 ya no es esa fecha lejana, cada instante cuenta para los organizadores de la cita estival señalada hasta el 11 de agosto, responsables de garantizar todas las condiciones, y para los atletas en la recta final de su preparación con la mira en fraternizar, competir y brillar bajo los cinco aros.
La imagen de los juegos ya está presente en la Ciudad de la Luz, en algunos de sus sitios emblemáticos, en el transporte público y turístico, en las sedes de entidades oficiales y en no pocos negocios con el «look» al estilo Neo Art Déco escogido y los colores privilegiados: el azul turquesa, el dorado y el rosado.
También resalta el bregar de los obreros que ponen a punto las instalaciones, unas remozadas y otras levantadas para la ocasión, la labor es ardua desde la plaza de la Concordia, el Grand Palais y Los Inválidos hasta los Campos de Marte y los Jardines de Trocadéro y sus alrededores, constató Prensa Latina en un recorrido por la capital francesa.
En las patrimoniales orillas del Sena se aprecia igualmente el movimiento para declararlas listas como anfitrionas de una ceremonia inaugural sin precedentes, con la expectativa de recibir a más de 300 mil espectadores y de ver desfilar a los deportistas olímpicos en barcazas por las tranquilas aguas del emblemático río.
Las preocupaciones siguen por el tema de la seguridad y el riesgo potencial de desarrollar una ceremonia de esa magnitud, no olvidemos que desde el 24 de marzo rige en Francia el máximo nivel de vigilancia por terrorismo, la «urgencia atentado», tras el letal ataque en el teatro Crocus City Hall de las afueras de Moscú, reclamado por una facción del Estado Islámico.
Sin embargo, el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París, Tony Estanguet, reiteró ayer que el objetivo de realizar la promocionada inauguración sigue incólume.
«La ambición de la ceremonia es todavía la misma. La de mostrar una ceremonia inédita abierta a 220 mil personas en los muelles altos del Sena y 100 mil en los bajos, a lo largo de seis kilómetros», manifestó a la prensa.
Hace unos días, el presidente Emmanuel Macron subrayó la preferencia por la inauguración proyectada, aunque por primera vez evocó la existencia de planes B y C en caso de que fuesen necesarios.
Otro de los desafíos es el recibimiento en suelo galo de las delegaciones y los visitantes, un asunto que escaló en el interés general en las últimas horas por la huelga de controladores aéreos de la víspera, cuando fueron cancelados más de la mitad de los vuelos programados.
Nuestras terminales aéreas estarán listas para acoger a los 64 mil acreditados y los 10 mil atletas que llegarán unos días antes y partirán unos días después, declaró a la cadena Franceinfo el máximo directivo de la entidad Aeropuertos de París, Augustin de Romanet.
El ambiente olímpico cobra fuerza en la Ciudad de la Luz y las ansias abundan en el mundo del deporte por la cita bajo los cinco aros, aunque algunos aquí no la ven con buenos ojos.
Las opiniones se dividen entre los parisinos, unos orgullosos por ser la sede de la fiesta, otros expectantes por las grandes batallas deportivas que vendrán y no pocos inquietos por las perturbaciones que en su vida diaria causarán los Juegos Olímpicos, según los criterios recogidos este viernes por Prensa Latina.
Particular preocupación generan los anunciados perímetros de seguridad y las limitaciones de circulación, que regirán en la capital francesa para garantizar la seguridad.