El acceso a la información es fundamental para reducir riesgos ante un desastre como proteger la vida y el patrimonio

Al encabezar la segunda mesa de trabajo “Espacios Abiertos ¿Agua pasa por mi casa?”, María del Carmen Nava Polina, Comisionada Ciudadana del del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (INFOCM), aseguró que el acceso a la información pública es de suma importancia para garantizar el derecho a un ambiente sano y a la salud.

Durante la reunión de trabajo que se llevó a cabo tanto de manera presencial como a distancia con personas interesadas en la gestión del agua en la Ciudad de México, la Comisionada puntualizó que para poder comunicarse y llegar más directo a la sociedad, es necesario utilizar un lenguaje claro, directo y simplificado.

Acompañada de vecinas y vecinos de la demarcación territorial Benito Juárez, sociedad civil y academia, Nava Polina agradeció su interés por permitir que el equipo de Estado Abierto del INFOCM brinde orientación para la elaboración de las solicitudes de información y “cómo agotar las instancias que hay en la normativa mexicana”.

Estamos ciertas -dijo- “que el tema del agua o cualquier cuestión ambiental, no son de efectos inmediatos, tienen implicaciones de corto, mediano y largo plazo, en ese sentido señaló que todas nos beneficiamos del activismo que Guardianes del Agua realiza, y agradeció por la disposición de tiempo, análisis, investigación y estrategia”.

Durante la retroalimentación entre los colonos de la demarcación Benito Juárez y el equipo de Estado Abierto del INFOCM se vinculó el Protocolo de Apertura y Transparencia ante el Riesgo: prevención, reacción y recuperación, con la finalidad de explicarles sobre la importancia del derecho a saber y la gestión de riesgos ante diferentes tipos de desastres.

Al tomar la palabra, Naxhelli Ruíz Rivera, coordinadora del Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales (SURSA), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e integrante de las mesas de cocreación del Protocolo, explicó la importancia de hablar del desastre y de la emergencia como un aspecto de derechos humanos.

“A veces se habla del riesgo como si fuera algo inevitable, cuando en realidad hay muchas cosas que vienen de las acciones humanas, mismas que pueden proteger o constituir violaciones de derechos humanos y esa es la diferencia fundamental respecto como se trabaja en otras perspectivas”, añadió.

Se pueden hacer escenarios y estudios para saber dónde están las condiciones del suelo más desventajosas, por ejemplo, o dónde se sienten las ondas sísmicas con mayor intensidad, o dónde están las ondas con mayores deslizamientos y que afectan las construcciones precarias de las colonias; todas esas cosas se pueden saber a través de la información, señaló.


Comentó que en las fases de creación del riesgo nosotros podemos tener información relacionada a calidad de vida, son parte del proceso de gestión del riesgo, la calidad del agua es un tema que podemos conocer, tener pronósticos de ciertos fenómenos.
El Estado -dijo- tiene la obligación de dar información pública a las personas para que puedan reducir los riesgos ante un desastre como proteger la vida y el patrimonio.

Ruíz Rivera aseguró que el derecho a saber permite conocer cómo son las medidas de prevención tomadas, medidas de emergencia ejercidas, censos y derechos de atención; financiamiento de las medidas de emergencia, medidas de mitigación que se toman para evitar que se repita el desastre, y la clasificación y ponderación de la atención prioritaria a las personas de acuerdo a sus vulnerabilidad social, entre otras.

Las amenazas y la vulnerabilidades físicas y sociales son conocidas hasta cierto punto. Por ello, todo el conocimiento debe ser llevado a medidas de protección de derechos humanos, como la vida, la salud, la vivienda, puntualizó.

Si el Estado ya sabe del cambio climático se deben desarrollar escenarios de disponibilidad de agua, o ante la probabilidad de un sismo nosotros (la comunidad científica) debemos preveer esos escenarios, y necesitamos preparar una respuesta, pero también preparar qué va a pasar con la reconstrucción, y para generar escenarios sobre daños, pérdidas e impactos y saber cómo atender las situaciones que se presenten. Por eso no se vale decir que no lo sabíamos; de ahí la importancia de contar con información, subrayó.

Ante los cuestionamientos de las y los vecinos de la alcaldía Benito Juárez, explicó que “las pérdidas son un poco el tipo de métrica de lo que les pasa a ustedes, las pérdidas son el conteo a lo largo del tiempo de tener este fenómeno que de alguna manera afecta nuestra vida. Por ejemplo, cuántos de ustedes han tenido que salirse de su empleo y perder horas de trabajo, dejar de percibir ciertos ingresos por las afectaciones que a lo largo del tiempo se tienen. Los impactos son los que se dan en la vida, como las afectaciones en la salud, incluso la propia vida, la pérdida de escuela, cosas cotidianas y con la calidad de vida”.

Ana Lorena Gurza Gómez Palacio, encargada de la Comisión de Información y Transparencia del Colectivo Guardianes del Agua BJ, planteó la importancia de que las personas sepan hacer solicitudes de información y saber cómo plantear las preguntas para que éstas sean respondidas por las instituciones.

Ante las dudas emitidas sobre la elaboración adecuada de las solicitudes de información pública, el equipo de Estado Abierto del INFOCM explicó que las solicitudes deben ser precisas y tener un aproximado de tres preguntas.

Además, detallaron sobre los instrumentos legales que pueden interponer, como el recurso de revisión ante el órgano garante local; el recurso de inconformidad, que se interpone ante el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), y el amparo indirecto, ante el juzgado de distrito.

Las y los vecinos asistentes a la mesa de trabajo solicitaron al equipo de Estado Abierto llevar a cabo orientaciones para saber qué preguntas se deben realizar en la elaboración de las solicitudes y ampliar el conocimiento sobre el Protocolo de Apertura y Transparencia ante el Riesgo: prevención, reacción y recuperación.

Antes de finalizar, la Comisionada Nava Polina agradeció la claridad del lenguaje de la académica y aseguró que el Protocolo es una herramienta que cuenta con acciones durante la prevención, reacción y recuperación y que garantizan derechos humanos.

El protocolo se desarrolla en co-creación y “recoge las mayores inteligencias y capacidades de un grupo plural; presentamos ante las Naciones Unidas la necesidad de vincular el acceso a la información como un derecho humano y hacer esa aportación y la gobernanza ante riesgos”, añadió.

Invitó a las personas asistentes a conocer el Protocolo y diversos materiales desarrollados por el equipo de Estado Abierto del INFOCM.