Las ardillas están afectando el arbolado del Bosque de Chapultepec. Estos roedores descortezan los árboles y se alimentan de los retoños del tronco lo que facilita la infección con microorganismos e insectos, de acuerdo con el Plan de Manejo del Bosque de Chapultepec de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).
«Las ardillas que si bien son una especie silvestre tiene un efecto nocivo debido a que descortezan los árboles alimentándose de los retoños del tronco y, por consiguiente, favorecen la entrada de microorganismos e insectos que producen enfermedades a los árboles», indica el documento.
El estudio indica que en el Bosque de Chapultepec habitan otros roedores como el tlacuache que está en peligro de extinción, el cacomixtle y el ardillón.
Otros roedores exóticos como son el ratón casero, la rata negra y la rata asiática.
El plan de manejo alerta sobre el abandono de animales de compañía que se convierten en ferales.
«Otras especies, poco apropiadas resultado de la dinámica y presión urbana, son animales domésticos que se convierten en ferales cuando son abandonados y generan progenie; es el caso de perros y gatos», señala.
En los cuerpos de agua existen peces endémicos como el mexcalpique que también está en peligro de extinción y el charal del Río Lerma.
«Así como dos especies particularmente problemáticas, la carpa común y la tilapia del Nilo, además de la tilapia azul», agrega.
El plan de manejo considera necesario el saneamiento.
«Control de flora y fauna exótica como: eucaliptos, perros ferales, carpas, tilapias, aves de granja, gatos, entre otras, cuya presencia tiene efectos nocivos para el entorno, en coordinación con las autoridades competentes», indica.