París, 31 jul (Prensa Latina) El cambio conceptual del deporte olímpico parece destinado a sentar precedentes con París 2024, donde las instalaciones y las nuevas disciplinas consolidan la idea de atraer público y seguidores.
Por Michel Dalí, enviado especial
Los escenarios temporales de la capital francesa se han convertido en una de las sensaciones de los Juegos Olímpicos estivales, muchos de ellos en el centro de París y en lugares emblemáticos.El Estadio Torre Eiffel y la Arena Campos de Marte, son buenos ejemplos.
El enfoque es acercar las competiciones a cualquier tipo de espectador. La mejor prueba del éxito es el voley de playa, ubicado bajo el cobijo de la Torre Eiffel y que está repleto de público cada día. Tomarse una foto bajo el monumento mas famoso del mundo, ya vale la pena.
A la espera de la descontaminación de las aguas del Sena, hay bastante expectativa por la natación de aguas abiertas en el embalse, donde también tendría lugar la prueba acuática del triatlón.
Luego, el Puente Alexander III, el más elegante de la urbe, será centro o tránsito de varios eventos del atletismo y ciclismo.
‘Tenemos que atraer al público joven e ir donde ellos están. Buscar deportes atractivos para todos, cambiar la forma de presentarlos. Nos gusta liderar el cambio y no ser liderados por él , destacó Mark Adams, portavoz del Comité Olímpico Internacional (COI).
De momento, París está pasando la prueba. El baloncesto 3×3, el patinaje y el breaking se celebrarán en la mítica Place de la Concorde, en pleno centro de la ciudad, y a pocos metros, un exquisito ceremonial, mezcla de historia, cultura y deportes, convierte a las finales de la esgrima en todo un espectáculo.
Marion Rennard, experta en presentación de eventos, comentó a medios franceses que las iniciativas que se aplican en París 2024 son interesantes y funcionan, pero se necesita ir más allá.
«Hay que buscar novedades que pongan a los jóvenes en la dicotomía de abandonar por un rato sus dispositivos digitales y prefieran los deportes en vivo», acotó Rennard.
Funciona el aprovechamiento de los espacios reconocibles como la Pirámide del Museo del Louvre vista a los lejos desde uno de los puntos más visitados en estos días: el Jardín de las Tullerías, donde se encuentra el pebetero olímpico más sui-géneris de la historia.
Mientras, las exuberantes vistas del océano Pacífico son el regalo que ofrece la Polinesia Francesa como sede de la competición de surf, mostrando al universo uno de los emporios de esta atractiva modalidad acuática.
Justamente, el surf, la escalada deportiva y el skateboarding fueron una apuesta del COI que París 2024 quiso mantener, añadiendo el breaking, conocido popularmente como breakdance.
Una suerte de arte urbano, que combina danza, música y deporte, ahora olímpico, y que pronto veremos en La Concorde.