París.- El cielo olímpico de Paris sin límites, lo volvió a hacer por novena ocasión y, ahora sí, la espera en el Stade de France valió la pena: Mondo Duplantis, récord mundial en salto con pértiga, 6,25 metros.
Por Michel Dalí, enviado especial
!Es un animal insaciable!, me comentó el apasionado comentarista Julius C.; los narradores franceses no encontraban las palabras adecuadas: quel moment, extraordinare, magnific, incroyable!
«Lo tenía, lo tuve, lo logré. Es una enorme alegría, un instante excepcional de mi carrera; no se si por la frustración que me acompañaba convencido de que ahora sí era posible, y en París, por fin, que alivio», fueron las primeras palabras de Duplantis en la zona mixta de la instalación deportiva.
Y a la tercera fue la vencida. Hizo bueno lo que venía buscando con fuerza desde el Campeonato Europeo de Roma. Su más cercano contrincante esta noche, el estadounidense Sam Hendricks, 5,95 metros.
Descargó sus ímpetus contenidos contra sus allegados, exultante, eufórico y se abrazó con su padre, su mentor, su amigo, con su madre, su novia y el público. El norteamericano Kendricks había fungido de maestro de ceremonias alentando cada salto.
Estoy tan feliz que no me lo puedo creer, lo logré, dijo entre lágrimas en uno de los pocos momentos en que atinó a conversar micrófono de por medio.
En los graderíos acompañando a la familia, otra leyenda del salto con pértiga, el francés Renaud Lavillenie, el hombre al que Duplantis con su meteórica trayectoria virtualmente obligó a retirarse. El galo llegó a ostentar la primacía del orbe hasta que llegó el sueco.
Detrás de Kendricks se ubicó el griego Emmanouil Karalis con 5,9, el mismo rival que lo escoltó, a gran distancia, en la cita continental de Roma. En realidad, Duplantis eslabona una cadena de marcas por encima de los seis metros que lo hacen competir contra sí mismo.
Y mientras esto sucede, parece sentirse a gusto en tocar el cielo o la menos aproximarse valiéndose de una pértiga y su capacidad de articular su cuerpo de la forma más elástica y con cierta plasticidad que se recuerde en una modalidad del atletismo.
Habrá otros muchos héroes de los Juegos Olímpicos de París 2024, pero no olvide incluir el nombre de Armand Mondo Duplantis.