Descubrimientos sobre el origen del asteroide Psyche

Washington, 22 ago (Prensa Latina) La superficie del asteroide Psyche posee metales hidratados, hallazgo del Telescopio Espacial James Webb, que abre nuevas interrogantes sobre el origen de esta roca, explica un estudio publicado hoy en la revista Planetary Science Journal.


Psyche es un asteroide denso y metálico, considerado el más grande de los tipo M del sistema solar, es decir, integra la categoría más rica en metales.


Con 280 kilómetros de diámetro, posee tantos metales preciosos que incluso algunos economistas han calculado que posee un valor 300 veces más grande que la economía mundial.


Debido a su alto contenido en hierro y níquel, los astrónomos buscan averiguar si Psyche es el núcleo superviviente de un protoplaneta destruido tras la colisión con un objeto similar hace miles de millones de años.


Los protoplanetas acumularon masa y evolucionaron hasta convertirse en planetas como la Tierra. Por eso, Psyche y otros asteroides similares podrían ayudar a entender mejor cómo se formó nuestro planeta.


Los asteroides son restos del proceso de formación planetaria, por lo que sus composiciones varían en función de dónde se formaron en la nebulosa solar, explica en un comunicado la coautora Anicia Arredondo, del Southwest Research Institute.


No obstante, el hecho de que Psyche refleje la luz podría indicar que no es tan denso como se pensaba, menos para un objeto de metal masivo. Por eso, el hallazgo de agua en su superficie abre nuevas interrogantes.


La primera, que Psyche fue impactado por asteroides que contienen cantidades importantes de agua; la segunda, que el agua proviene desde su interior, lo que cambia completamente lo que se pensaba de este objeto.


Una hipótesis alternativa sugiere que Psyche llegó desde más lejos de la llamada línea de nieve, una zona de temperaturas suficientemente bajas como para congelar el agua e incorporarla a su estructura.
La nave espacial que lleva el mismo nombre debería llegar hasta las cercanías del asteroide en 2029, una oportunidad perfecta para comprender su origen y el de los planetas.
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