La Habana, 21 sep (Prensa Latina) Alrededor de 160 mil personas padecen Alzheimer en Cuba, una cifra que ascenderá a unas 273 mil para 2040, se divulgó hoy a propósito del Día Mundial de esta enfermedad.
La demencia constituye la primera causa de discapacidad, dependencia y necesidad de cuidados, reflejó la Agencia Cubana de Noticias.
Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, recordó que con el aumento de la esperanza de vida que trajo el triunfo de la Revolución, dicha enfermedad fue más frecuente; sin embargo, el país posee medicamentos innovadores para su tratamiento, apuntó la fuente.
Proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por la organizacion Alzheimer’s Disease International, el Día Mundial del Alzheimer tiene este año por lema: «Es hora de actuar contra la demencia. Es hora de actuar contra el alzheimer».
Descrita en 1906 por el neurólogo alemán Alois Alzheimer, esta dolencia afecta a más de 50 millones de personas en todo el orbe, pero de acuerdo con proyecciones de la OMS, la cantidad aumentará a 80 millones en 2030 y a 152 millones en 2050.
En Cuba, los estudios conducidos por el doctor en Ciencias Médicas Juan Libre Rodríguez, de la Unidad de Investigación de Demencia de la Universidad Médica de La Habana, permitieron estimar en 10,2 por ciento la prevalencia de la demencia en la población cubana de 65 años y más.
Por el momento no hay una cura para el Alzheimer, pero se pueden realizar rutinas y actividades para retrasar el deterioro que causa esta enfermedad mental.
La misma va degenerando las células nerviosas del cerebro y disminuyendo la masa cerebral, de forma que los pacientes muestran un deterioro cognitivo importante que se manifiesta en dificultades en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultades para la resolución de problemas sencillos de la vida cotidiana.
Se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas y para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero solo suele ser útil en las primeras fases, perdiendo su utilidad en fases más avanzadas.
Una vez que aparecen los primeros síntomas, los pacientes van degenerando y se van volviendo más dependientes, de forma que hay que ayudarles a vestirse, asearse, comer, y poco a poco se harán imprescindibles los cuidados permanentes de un cuidador.
Las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 o 20 años antes de que se muestre algún síntoma, y aparecen en la región del cerebro llamada hipocampo, que se encarga, entre otras cosas, del aprendizaje y la formación de nuevas memorias.
De ahí se extienden a otras partes del cerebro, cuando ya aparece el deterioro cognitivo, que finalmente desemboca en demencia.
Aunque no hay evidencias científicas, se piensa que el origen de la enfermedad se debe a una combinación de factores de riesgo, algunos de ellos no modificables como la edad o la genética.
El Comité de Médicos por una Medicina Responsable publicó un estudio que presenta siete hábitos que podrían reducir entre un 70 y 80 por ciento la presencia del Alzheimer, como reducir el consumo de grasas saturadas y hacer de las verduras, frutas, legumbres la base de la pirámide alimenticia.
Además, consumir alimentos con vitamina E y vitamina B12, evitar los multivitamínicos con hierro y cobre (a menos que lo indique un médico), tampoco se debe cocinar en ollas y sartenes de aluminio, y mantenerse activo físicamente.