Naciones Unidas, 24 sep (Prensa Latina) Brasil criticó hoy a la comunidad internacional por actuar con negligencia y lentitud en la búsqueda de soluciones a los desafíos del mundo actual, especialmente, al cambio climático, los conflictos bélicos y la inseguridad alimentaria.
Su presidente Luiz Inacio Lula da Silva dijo en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas que las divergencias mostradas camino a la adopción el domingo del Pacto del Futuro, evidenciaron el debilitamiento de la capacidad colectiva para la negociación y el diálogo, así como el alcance limitado de consensos y los resultados insuficientes.
Lamentó que ni siquiera con la pandemia de Covid-19 se lograra un tratado para abordar futuras crisis sanitaria, pidió ir más allá y dotar a la ONU de los medios necesarios para hacer frente al convulso panorama global con el recrudecimiento de las controversias geopolíticas y un 2023 con el triste récord de registrar el mayor número de conflictos desde la segunda guerra mundial.
Lula manifestó inquietud por la continua asignación de millones dólares a la industria armamentística porque solo conllevará a generalizar los conflictos de Rusia-Ucrania, Israel-Palestina y los de África, alejando cualquier perspectiva de paz y empeorando las crisis humanitarias.
También cuestionó los llamados a la desglobalización y la desvinculación de los compromisos, mientras la población global está harta de los acuerdos sin cumplir, del fracaso en los objetivos de reducción de carbono y de la falta de la ayuda financiera prometida.
«La negacion se impone ante las pruebas del calentamiento global, el 2024 se va a convertir en el año más cálido de la historia moderna, huracanes en el Caribe, tifones en Asia, sequía e inundaciones en África, y lluvias torrenciales en Europa están dejando un rastro de destrucción sin igual», acotó.
También se refirió al caso de Brasil, agobiado por las mayores inundaciones en el sur desde 1941, la peor sequía en el río Amazonas en 45 años e incendios forestales extendidos por todo el país.
No obstante, renovó el compromiso de su Gobierno con trabajar más en la lucha climática, incluir a las comunidades indígenas en planes de protección de la naturaleza y sancionar a quienes se benefician de la degradación medioambiental, los crímenes como la minería ilegal y la delincuencia.
Entre otras cuestiones, Lula urgió una reforma de la Carta de la ONU porque no aborda las urgencias de la actualidad, fustigó las trabas y condicionamientos que encaran los países en desarrollo en el acceso a asistencia financiera y expresó preocupación por la concentración de la riqueza en un pequeño porcentaje de la población mundial, cuando crece la pobreza y la inseguridad alimentaria.