La Habana, 5 oct (Prensa Latina) El consumo de agua dulce aumenta en el mundo, y la necesidad de proteger y conservar las reservas de este recurso imprescindible para la humanidad, centra hoy las celebraciones por el Día Interamericano del Agua.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) identificó tres grandes causas de la elevada demanda del bien hídrico: el crecimiento de la población (y los flujos migratorios), la expansión agrícola y las actividades industriales; todas con notable expresión en América Latina.
«Lo que está pasando es extremadamente preocupante: por un lado, sube el consumo hídrico y, por el otro, disminuye la cantidad de agua disponible a medida que aumentan los eventos extremos relacionados con el cambio climático, con un incremento progresivo de las temperaturas y las sequías», señaló Michelle Muschett, jefa de la Dirección para América Latina y el Caribe del organismo internacional.
La experta indicó que si bien circunstancias similares se repiten en otras partes del mundo, en América Latina se están produciendo a un paso acelerado y y tiene un grave impacto en la nutrición, en la medida que los alimentos pueden volverse escasos y más caros.
Datos del World Resources Institute señalan que actualmente 25 países en el mundo sufren un estrés hídrico extremo. En América Latina, Chile es el único en esa categoría, sin embargo otras naciones de la región como México, Uruguay, Perú y El Salvador podrían entrar pronto en dicha categoría.
Chile, que posee la situación más crítica, concentra varias de las zonas más secas del mundo y una parte importante de su economía depende tanto de la actividad minera como de la agricultura.
Por otro lado, México registró su año más seco en 2023, mientras el gobierno uruguayo declaró una emergencia hídrica ante los bajos niveles de sus reservas de agua y territorios como Bogotá o Ciudad de México, están peligrosamente cerca de quedarse sin agua, refiere el texto de World Resources Institute.
Ante esta situación, México impulsa tres iniciativas para lograr el Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible en materia hídrica, las cuales compartió en la Cuarta Sesión del Panel de Alto Nivel sobre Agua.
La primera de las ideas es lograr la valoración del agua; es decir, concientizar sobre todos sus usos y su valor para cada actividad, para que gobiernos, empresas y sociedad civil incorporen este enfoque en la toma de decisiones.
Asimismo, potencia los proyectos relacionados con incrementar la resiliencia de las economías y sociedades, además de reducir el riesgo de desastres relacionados con este recurso como el cambio climático.
En México se aplica la política pública de recoger agua de lluvia y tratar la residual en viviendas de comunidades alejadas y dispersas de zonas con precipitaciones suficientes; y se trabaja en el abastecimiento de agua y saneamiento para 10 mil millones de personas, de acuerdo con datos de la página institucional del Gobierno de ese país.
En 1992, durante el XXIII Congreso de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria se acordó celebrar cada primer sábado de octubre el Día Interamericano del Agua, con el fin de sensibilizar a la población sobre la importancia de la conservación de ese recurso.