Ciudad de México, 17 dic (Prensa Latina) A 110 años de su creación, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) mantiene hoy sus principios fundacionales y se plantea desafíos a mediano y largo plazos, entre estos, convertirse en una organización de carácter nacional.
El secretario del Exterior del SME, José Humberto Montes de Oca, conversó con Prensa Latina sobre el significado del aniversario, celebrado el 14 de diciembre, y destacó rasgos distintivos de la entidad desde su nacimiento, como la resistencia al capital.
Fundada por anarcosindicalistas y socialistas en el siglo pasado, relató Montes de Oca, tuvo una incidencia en el proceso legislativo para incluir dentro de la constitución de 1917 el derecho a la huelga, a la organización y a la contratación colectiva.
«A lo largo de su historia, nuestra organización ha implementado estos principios en diferentes épocas, sumando a ello también un espíritu nacionalista, soberanista, con respecto al sector energético, de donde somos parte», explicó.
Calificó de muy importante el papel desempeñado por el sindicato, pues resulta el más representativo de la lucha social en este país y de principios como la solidaridad y el internacionalismo proletario, dijo.
Al afirmar que la organización comparte la política pública del gobierno encabezado por la mandataria Claudia Sheinbaum en lo referido a la defensa de la soberanía energética, Montes de Oca recordó que el SME enfrentó a las administraciones neoliberales que pretendieron privatizar el sector.
«Dimos una dura resistencia y, como efecto de esa resistencia, nos dieron un duro golpe en 2009 (bajo el mandato del expresidente Felipe Calderón), con la extinción de nuestra fuente de trabajo, Luz y Fuerza del Centro, dejando en la calle a 40 mil trabajadores», rememoró.
«Se pensó que con eso el sindicato iba a morir. El sindicato no murió. Sigue con vida y sigue resistiendo», celebró.
Acerca de los retos de la organización, que cuenta con un total de 15 mil miembros, mencionó entre otros «pasar a un sindicato nacional, de industria, muy amplio, con muchas materias de trabajo y dejar atrás al sindicato de empresa».
Destacó, asimismo, el desafío de lograr la reinserción laboral para muchos trabajadores que todavía no tienen un ingreso fijo, así como la necesidad del SME de transformarse a sí mismo, reinventarse, de modo que se sienten las bases para poder vivir otro siglo.
«Pero no lo vamos a poder vivir si no nos transformamos, y esto quiere decir incluir en nuestra agenda nuevos conceptos, como el de la transición energética justa y democrática, estando el mundo como está, y manteniendo otros principios» como el antimperialismo, aseveró.