El sismo de magnitud 7,7 en la escala de Richter ocasionó heridas a más de cuatro mil 600 residentes y todavía hay más de 200 desaparecidos.
La zona centro-norte del país resultó la más devastada por el movimiento telúrico, al punto que seis regiones fueron declaradas en emergencia.
Según exponen medios locales de prensa, durante la semana recién concluida, los miembros de las brigadas de búsqueda y salvamento lograron rescatar con vida a 653 personas.
La junta militar que gobierna en Myanmar dio cuenta de al menos 21 mil 783 viviendas arrasadas o con daños parciales, 805 edificios de oficinas, mil 690 pagodas, mil 041 escuelas, 921 monasterios y conventos, 312 edificios religiosos, 48 hospitales y clínicas y 18 hectáreas de cultivos.
Temperaturas por encima de los 40 grados Celsius, cortes de energía, escasez de combustible, comunicaciones irregulares y carencia de maquinaria pesada han ralentizado las operaciones de búsqueda y rescate, pese a la ayuda de equipos de más de una docena de países.
El intenso terremoto del 28 de marzo también causó estragos en Tailandia, donde dejó al menos 18 muertos, 33 heridos y 78 desaparecidos, y daños a la infraestructura en casi una veintena de provincias.