Pesca de arrastre, entre los principales degradantes del fondo marino

Washington, 20 may (PL) La pesca de arrastre, uno de los métodos de captura más usados en el mundo, es una de las principales causas de degradación del fondo marino pues elimina el carbono orgánico del suelo y supone una amenaza a la biodiversidad.
Un estudio que publicó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que lideró la Universidad Politécnica de Marche, en Ancona, Italia, se centró en el impacto de esa actividad sobre la meiofauna, formada por pequeños organismos de entre 30 y 500 micras, que viven en los sedimentos marinos de caladeros de pesca del talud continental, a unos 500 metros de profundidad.
Sin duda es el tipo de pesca más destructiva que existe, pues los organismos que habitan en aguas profundas necesitan muchos años para recuperarse y no meses, como los de aguas menos profundas, dijo Antonio Pusceddu, autor principal del estudio, de la Universidad Politécnica de Marche.
El arrastre consiste en el empleo de una red lastrada que barre el fondo del mar. Esta técnica se empezó a utilizar en la segunda mitad del siglo XIV y se convirtió en práctica generalizada a inicios del siglo XIX con la industrialización de la pesca.
La finalidad es capturar a las presas que habitan en aguas profundas, a más de 200 metros de profundidad, debido a la disminución de las poblaciones de peces cerca de la costa. En los recientes 30 años su uso creció y cada vez se practica a mayor profundidad.
Los artes de arrastre, al remover los sedimentos blandos del lecho marino, hacen que en las áreas de pesca la población de pequeños invertebrados sea un 80 por ciento menos abundante y que su biodiversidad sea un 50 por ciento menor que en las zonas situadas a profundidades parecidas donde no se pesca.
Los efectos negativos de la pesca de arrastre también son evidentes en la disminución hasta un 25 por ciento del número de especies de nemátodos (componente dominante de la meiofauna a estas profundidades).
La investigación también reveló que los sedimentos empobrecen de forma importante (un 52 por ciento) su contenido en materia orgánica, que es la fuente de alimento de los organismos a esas profundidades, y presentan un consumo de carbono orgánico un 37 por ciento más lento. Esta es una de las principales funciones de los ecosistemas marinos profundos.
En opinión de los expertos, el arrastre sobre el fondo marino remueve y levanta las finas partículas del sedimento superficial, y a la vez pone en suspensión los pequeños organismos que viven en el sedimento, que constituyen la base de la cadena trófica en esas profundidades.
Esa acción, añaden, provoca a la larga una pérdida constante de sedimentos finos, blandos y ricos en materia orgánica, dejando un lecho marino con un sedimento superficial más empobrecido y compactado, el cual resulta más difícil de ser colonizado de nuevo.

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