Después de seis años de presentaciones en el Teatro de la Ópera de Roma, el director Riccardo Muti abandona el recinto, avivando hoy la polémica en la que se encuentra sumido desde hace meses el teatro fundado en 1879, los sindicatos y la dirección del teatro están enfrentados por la aprobación de un plan de saneamiento de las cuentas de la institución.
Muti presentó ayer su carta de dimisión al alcalde de la Capital de Roma, Ignazio Marino y al director del Teatro de la Ópera, Carlos Fuortes, quienes se muestran claramente sorprendidos ante dicha renuncia.
El representante del sindicato italiano (Cgil), Silvano Conti expreso su asombro a la agencia Efe: «Estoy asombrado y frustrado con la dimisión de Muti», antes de añadir que «es vergonzoso que el ministro italiano de Cultura (Dario Franceschini) eche la culpa del suceso a los sindicatos».
Un texto que hoy difunde la presa italiana tras la renuncia de Riccardo Muti explica las razones por las que no podía seguir desarrollando su trabajo ya que «no existen las condiciones necesarias» que le garanticen serenidad.
Tras recibir la carta de renuncia, Fuortes y Marino escribieron que «se trata de una elección, sin duda, influida por la inestabilidad en la que está sumido desde hace meses el Teatro de la Ópera, debido a las continuas protestas, a los conflictos internos y a las huelgas».
El ministro Franceschini ha afirmado que entiende las razones que han llevado a Muti a presentar su dimisión «dolorosa para él y para todos» y ha subrayado que es consecuencia de una «resistencia corporativa y autodestructiva», y espera que con “esto abra los ojos a aquellos que impiden, con resistencia corporativa y autodestructiva, el compromiso para alcanzar el cambio que la música y la ópera italiana esperan desde hace demasiado tiempo y que les permitirá mantenerse al día», dijo.
«Por desgracia, a pesar de todos mis esfuerzos para contribuir a la causa, no se dan las condiciones para garantizar la serenidad que necesito para lograr el éxito en las representaciones», escribió Muti.
Y así, con estas palabras Riccardo Muti, uno de los directores de ópera de mayor reconocimiento a nivel mundial, renuncia a dirigir la ópera Aida, que se representará el 27 de noviembre, y también Las bodas de Fígaro, prevista para mayo en el Teatro de la Ópera Roma.