La ciudad de Raqqa es un infierno terrorista, afirma desplazado sirio

Por Miguel Fernández Martínez

Damasco, 24 abr (PL) La ciudad de Raqqa se convirtió en un verdadero infierno, aunque pienso que esa palabra se queda pequeña, afirmó hoy un ciudadano sirio que logró escapar de esta localidad, convertida en capital del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Prensa Latina entrevistó aquí a este hombre de unos 40 años, y que prefirió conservar el anonimato por temor a represalias de los extremistas takfiríes, quien narró parte del sufrimiento que enfrenta la población de esta ciudad, ubicada a 542 kilómetros al noreste de Damasco.
«Vivimos en un constante miedo, nunca se sabe qué puede suceder, porque esos terroristas son impredecibles», comentó.
Describió la forma en que son extorsionados los comerciantes, principalmente cristianos o de otras denominaciones religiosas no musulmanas, quienes están obligados a pagar fuertes sumas de dinero, como impuesto para mantener sus negocios.
«Todo se ha convertido en obligatorio -dijo-, a la hora del rezo hay que cerrar las tiendas y mercados, no se puede salir a las calles, so pena de recibir latigazos como castigo».
Habló además acerca de las ejecuciones públicas que se están convirtiendo en cotidianas en la calles de Raqqa, ocupada por los terroristas desde marzo de 2013.
«Hay una plaza en la ciudad que la gente llama ahora la Plaza del Infierno, donde crucifican a los hombres o los decapitan y luego cuelgan sus cabezas en varillas de metal, para que todo el mundo las vea», cuenta sobrecogido.
«No respetan nada -agregó- lo mismo te quitan tu casa, tus propiedades, o te desaparecen sin dar explicaciones».
También Prensa Latina conversó con la esposa de este hombre, quien describió la terrible situación que enfrentan los niños al no poder asistir a las escuelas.
«Primero cerraron todas los centros escolares y prohibieron que se utilizaran los libros, porque supuestamente estaban editados por el gobierno», dice.
«Ahora han reabierto algunos colegios -añadió-, pero nadie quiere enviar a los niños, porque el plan de los extremistas es lavarles el cerebro con su fundamentalismo religioso e incorporarlos a sus milicias».
Contó como las mujeres deben estar completamente cubiertas con velos, incluso los ojos, pues de lo contrario pueden ser golpeadas salvajemente en plena vía pública.
«A las mujeres les dan latigazos por no llevar el velo, las muerden con prótesis dentales metálicas que se ponen para infligir más daño en sus castigos», comentó.
«Esta prohibido escuchar música, fumar o usar ropas modernas y quien viola eso, sabe que enfrentará un brutal castigo», subrayó.
En su mayoría tunecinos, chechenos, jordanos, egipcios o europeos -principalmente franceses y británicos-, un número considerable de los terroristas que imponen su ley en Raqqa no son sirios, y mantienen a cerca de 200 mil civiles como rehenes.

Deja tu comentario