Resolver crisis migratoria en el Mediterráneo, ¿cuestión de dinero?

Bruselas, 24 abr (PL) El Consejo Europeo decidió triplicar los fondos de las operaciones de vigilancia en el Mediterráneo para solucionar la crisis migratoria, medida anunciada como estocada infalible en aras de resolver lo que también se considera una crisis humanitaria.
Reunidos ayer de manera extraordinaria, los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea (PL) acordaron triplicar el presupuesto de la operación Tritón, dirigida a vigilar las fronteras marítimas, que actualmente funciona con un presupuesto de 2,9 millones de euros mensuales.
De acuerdo con el presidente del Consejo, Donald Tusk, las naciones del bloque se comprometieron a proporcionar más dinero para esa opersción.
Pero también pondrán a su disposición más aviones, buques y expertos, con el fin de evitar nuevas tragedias como la ocurrida el fin de semana, cuando un barco pesquero naufragó y causó la muerte de unos 800 migrantes.
Así los líderes del viejo continente pretenden dar respuesta al problema evidenciado en las cifras ofrecidas por la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.
Ambas entidades coinciden en que más de mil 600 personas fallecieron en el Mediterráneo en lo que va de año mientras intentaban llegar a las costas europeas, número contrastante con las solo 46 víctimas fatales registradas en igual periodo de 2014.
En la rueda de prensa tras la reunión del Consejo, Tusk advirtió que salvar vidas no solo es rescatar de alta mar, sino también detener a los traficantes, a los contrabandistas y la inmigración ilegal.
Para actuar en ese sentido, los mandatarios encargaron a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, preparar una misión civil, con un componente militar, encaminada a destruir las embarcaciones empleadas por los traficantes para trasladar los migrantes.
En general los acuerdos conciliados se concentran hacia dos objetivos esenciales: ampliar las capacidades de rescate y evitar, por la fuerza, que continúe el flujo migratorio irregular.
Se trata de la misma línea que criticaron altos funcionarios de Naciones Unidas, quienes estimaron que la reacción europea debe ir más allá del plan propuesto.
Necesitamos un enfoque integral centrado en la protección y los derechos de las personas, que incluya el trabajo coordinado con las naciones de origen y el análisis de los factores que llevan a tan desesperados viajes marítimos, resaltaron en un comunicado.
Agregaron que el combate frontal, por sí solo, no resolverá la crisis, y podría aumentar los riesgos y abusos que suelen sufrir los migrantes.
En concordancia con lo planteado por esos expertos, sobresalen algunas limitaciones en las medidas europeas, como que a la operación Tritón se le mantuvo el encargo de «patrullar las fronteras marítimas», y no cambió a «rescatar embarcaciones en peligro».
Al comentar el asunto, Tusk justificó que la modificación no fue necesaria en tanto «se trata de gestionar la frontera y de que en caso de una catástrofe, están obligados a actuar si es necesario».
Sin embargo, los defensores de modificar el objetivo de la misión alegan que si los buques están destinados a salvaguardar los límites, navegan solo en las aguas fronterizas, lo que dificulta y demora una respuesta rápida ante cualquier naufragio en alta mar.
Por otro lado, en las conclusiones de la reunión no se mencionó la cuestión de establecer un sistema de cuotas para que los diferentes países del bloque reciban a refugiados, pese a que el punto fue puesto sobre la mesa por el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
Según el político alemán, «necesitamos inmigración legal a Europa y esto significa que los Estados miembro deben acordar entre ellos un sistema de cuotas justo».
Al explicar el desequilibrio en la distribución actual, mencionó que solo cinco estados -de los 28 de la UE- reciben al 75 por ciento de los refugiados, en tanto nueve acogen al 95 por ciento.
Otro tema que no constó en las conclusiones se refiere a las problemáticas que empujan a las personas a aventurarse al mar, entre las que constan las guerras y las crisis humanitarias que viven en sus países de origen.

Deja tu comentario