La modernización del acuerdo de asociación y libre comercio entre México y la Unión Europea (UE) sería “conveniente” para ambas partes, según un informe presentado hoy aquí por BBVA Research y por el Centro para Estudios de la Política Europea (CEPS).
Los principales beneficiados serían los sectores agrícola, pesquero y agroindustrial, ya que algunos productos subvencionados quedaron excluidos del pacto vigente.
“Si bien los beneficios del tratado han estado focalizados en ciertos sectores, una ampliación que incluyera algunos productos agrícolas que México exporta -como plátano, tomate y algunos cítricos- y que hoy enfrentan aranceles, cuotas o precios de referencia, resultaría en ganancias de eficiencia para ambas economías”, afirma el documento.
“Por su parte, se debería de abrir el tratado a productos que la UE podría exportar hacia México, como la cebada, papa, trigo y tranquillón. En la medida en que una parte del sector agrícola no tenga una apertura comercial completa en el marco del tratado, no se estarán aprovechando todas las oportunidades”, argumentan los investigadores.
El estudio fue divulgado en presencia del secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, y de la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, que anunciaron su intención de lanzar el proceso modernizador antes de finales del año.
Según los analistas, la modernización del pacto también aumentaría el potencial de México como destino de inversión y generaría una “relación de largo plazo positiva y significativa” entre la inversión extranjera directa (IED) proveniente de la UE y las exportaciones manufactureras de México al mundo.
“Un incremento de un millón de dólares en la IED proveniente de la UE aumenta las exportaciones manufactureras totales de México en alrededor de 679 mil dólares”, aseguran.
El informe señala que los nuevos proyectos que forman parte del Plan Nacional de Infraestructura y la reciente reforma del sector energético también contribuirán para aumentar el atractivo del país para los inversores extranjeros.
“Con una red adecuada de vías de comunicación, los costos para las empresas se reducen y el proceso productivo se hace más eficiente”, razona el documento.
“Junto con la calidad de la infraestructura, los salarios competitivos y las ventajas arancelarias de producir y exportar desde México a Estados Unidos y a otros destinos internacionales constituyen factores clave para el establecimiento de empresas extranjeras en territorio mexicano”, añade.
La UE es actualmente el segundo mayor inversor extranjero en México, solo por detrás de Estados Unidos, con un flujo acumulado de 145 mil 300 millones de dólares entre 2000 y 2014.
De ese total, 47.3 por ciento se dirigió a manufacturas, 18.5 por ciento a servicios financieros, 8.0 por ciento a medios de comunicación, y 6.3 por ciento a la construcción.
México fue el segundo país de la región que más recibió inversiones europeas en este periodo, después de Brasil, con un total de 342 mil millones de dólares.