AMOR SIN BARRERAS

Por Víctor M. Navarro

No recuerdo cuando fue la última vez que vi West Side Story (Amor sin Barreras), lo que sí recuerdo es que la he visto por lo menos siete veces y que mi amigo y maestro Gustavo Sainz un día nos llevó a la vieja cineteca a verla como parte de su curso Cine y Sociedad, y además nos convido a leer el libro La Sociedad de las Esquinas del sociólogo norteamericano William F. White, referente de la cinta.

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Se hizo hincapié en la excelencia de la música, dice Garth Edwin : “West Side Story es la partitura orquestal más sofisticada en la historia de Brodway. Leonard Bernstein aportó su experiencia como director de orquesta y compositor a cada aspecto de la obra y esto se evidencia en sus sorprendentes orquestaciones para el espectáculo, creadas con Sid Ramin e Irwin Kostal, y que resultan inéditas por sus detalles, complejidad y transparencia.

Ahora, este pasado 1 de julio volver a ver la película en una copia de alta definición, editión blu-ray, musicalizada en  vivo con la Orquesta Filarmónica de las Américas dirigida por Alondra de la Parra, es una experiencia que se convierte en un verdadero manjar para los sentidos.

Steven Smith afirma: “Cincuenta años después del estreno internacional de la adaptación cinematográfica de West Side Story, ganadora de diez Premios de la Academia y cuya música fue escrita por Leonard Bernstein, la directora Alondra de la Parra y la Orquesta Filarmónica de las Américas la interpretan en su totalidad por primera vez en un recinto mexicano.

En 1955, un compromiso con el Hollywood Bowl condujo al compositor Leonard Bernstein, entonces de 36 años, a Los Angeles, California. En agosto, un oportuno encuentro con el dramaturgo Arthur Laurents en el Beverly Hills incitó en ambos el postergado plan de colaborar en un musical”.

 

Anotamos que el Auditoria Nacional fue el marco perfecto, el espacio  de arte y cultura que a puertas abiertas dejó fluir los discursos creativos que inundan vida y pentagrama.

Ya con los datos en la mano todo fue dejarse llevar por los acordes de un músico excepcional, ahora bajo la batuta de Alondra de la Parra, directora de orquesta que imanta, que transmite como ráfaga eléctrica su entusiasmo, su vitalidad, su pasión por la música; sus movimientos en sí mismos son una partitura gestual.

La proyección de West Side Story con la orquesta bajo la pantalla se asemeja a una celebración de luz y sonido, luz por Lumiere, sonido por sinfonía.

Noche de luces, noche de clásicos, noche que como reza el poeta: “Los astros conjugaron/ y el sueño fugó sin alas”.

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