MANELICK LE DIÓ VUELO A LA HILACHA

por Víctor M. Navarro

Santiago de Querétaro, Qro.- 16 de julio 2015, noticia literaria: una novela en su primera re-edición, re-descubre, re-inventa lectores y re-inaugura una hermosa construcción de 1905.

Los Vuelos del Deseo, libro del escritor mexicano Manelick de la Parra fue presentado con gran éxito frente a una gran cantidad de atentos y gozosos oyentes. En la restaurada Casa de los leones (ahora Centro Queretano de la Imagen) ubicada en Juárez 66, Centro Histórico de la barroca ciudad, el poeta y escritor Arturo Santana (quien dio muestra de su gran manejo de la preceptiva literaria, ofreciendo un texto que lo mismo incursionaba en el análisis que en la mirada irónica y punzante, el tema central el deseo, la calentura humana, las pasiones y su manifestación carnal eran el entarimado perfecto, el poeta también demostró sus tablas en la enseñanza y el histrionismo cotidiano) y Víctor M. Navarro (cronista de desparpajado actuar) abrieron el espacio para que Manelick se sintiera a sus anchas literarias. La respuesta del numeroso público fue inmediata.

No era para menos, a las ocho de la mañana el escritor y el cronista estaban listos para cumplir el itinerario de ese 15 de julio; primero dirigirse a Radio Universidad Autónoma de Querétaro, llegaron a la 8 con 20 minutos para conversar con Marco Antonio, el locutor en turno, y dejar fluir conceptos sobre literatura, creación y buen sentido del humor. La transmisión logró su cometido, muchas llamadas telefónicas solicitando un libro del autor.

A las 9:30 una transmisión más, en una radio comercial del cuadrante queretano, que trasmitía en vivo desde la Alameda, logró que Aurelio Peña con atinada conducción, creara una atmósfera de expectativa para la presentación del libro.

A las 11:00 hrs. conferencia de prensa en el Restaurante 1810, en plena Plaza de Armas, los medios se arremolinaron; una entrevista especial para la televisión local. Los periodistas preguntaban, inquirían, solicitaban; de la Parra con una gran sonrisa contestaba y contestaba.

A las 5:00 pm una entrevista en tv por internet con Fernando P. Valdez, por cierto se puede ver en la red, un espacio gozoso e intermitente.

Ya en trío salimos rumbo a la presentación, un pequeño remanso para ver una panorámica de la ciudad, degustar el elixir de los dioses y preparar el rito ceremonial.

El trabajo de organización, planeación, y difusión realizado desde tres semanas antes por Gerardo Guerrero y Noemí, ambos excelentes funcionarios del Instituto Queretano de Cultura y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, estaba cristalizando de excelente manera.

Cuando entramos al recinto, llegamos al jardín, entonces la sorpresa fue mayúscula; mucha gente, expectación y entonces supimos que Manelick estaba dispuesto a darle vuelo a la hilacha.

Sin duda el momento más hilarante fue cuando el autor leyó fragmentos de la obra:

-No me digas, Alicia, no me digas. Déjame estar aquí sentada enel río y que pase entre mis muslos tibia y fresca, clara y rota. No me digas nada, que esta agua me deja quieta, sin espasmos, sin ojos, sin oídos. Por eso, no me digas nada, que no te oigo. Ya se llenaron de cascabeles rotos. Ya se oyen…¿ Oyes…? ¿Oyes, Alicia…oyes? ¿Cómo cantan los hilitos de agua entre mis piernas? ¿Cómo se retuercen cristalinos en la redondez de mis muslos? ¿Los oyes? ¿Los ves? ¿No ves la mano de dedos largos? ¿No escuchas sus ansias de tocarme? ¡Alicia! ¿No ves? ¿No oyes?…¡Me voy Alicia…me voy! Me lleva el río, el agua, la espuma. Me aleja hasta el fondo, me chupa, me abre, me toma. ¿Qué hago Alicia? ¿Me oyes?

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