Por Pacx Villamil
Se observó una vez más y luego de tres años, el fenómeno de la llamada “Luna azul” en el mes de julio.
Según los astrónomos, sucede una vez cada dos o tres años; de hecho, ese fenómeno no era visible desde el 31 de agosto de 2012 y volverá a producirse hasta enero de 2018.
Aunque no siempre podría ser azul y como cualquier otra luna llena podría ser de color gris pálido, blanco lechoso o plateado pero la gente le puso el nombre de Luna Azul porque además se repite una luna llena en el mismo mes.
Según los expertos, la luna se ha teñido de azul en muy raras ocasiones, por efecto de polvo, ceniza o humo en la atmósfera a causa de grandes erupciones volcánicas o incendios forestales. El último fenómeno ocurrió el 31 de agosto de 2012 y para la próxima habrá que esperar hasta enero de 2018.
Ya hubo una Luna llena el 2 de julio y este viernes se vio la segunda. Y cuando hay dos Lunas llenas en un solo mes calendario, la segunda se describe como «azul».
El fenómeno ocurre debido a una diferencia entre los meses calendarios -aquéllos de entre 28 y 31 días- y los meses Lunares -el tiempo que pasa entre dos Lunas llenas– que son siempre de 29,53 días.
La luna azul volverá a verse en 2018.
Según Wikipedia: Se denomina luna azul (traducción del inglés blue moon) a la segunda luna llena ocurrida durante un mismo mes del calendario gregoriano (el usado habitualmente en Occidente), lo que sucede aproximadamente cada dos, tres años o cuatro años y, originalmente, al tercer plenilunio cuando en una estación cualquiera del año se dan cuatro lunas llenas en lugar de tres. El fenómeno «luna azul» cobró popularidad cuando se produjo dos veces en 1999 (enero y marzo). Los medios de comunicación reseñaron ampliamente el acontecimiento, poco conocido hasta entonces. Naturalmente, en el mes de febrero de 1999 no se produjo ninguna luna llena.
Basándose el origen del término en el calendario gregoriano, su uso se difundió probablemente en la Europa medieval. La traducción castellana no es del todo completa, ya que la expresión proviene del inglés blue(«azul»), el cual a su vez viene de una deformación del inglés antiguo belewe, que en realidad significa «traidor», ya que una luna adicional en la primavera implicaba extender el ayuno de la cuaresma.1 Entre tres y siete veces en cada siglo hay dos lunas azules en un mismo año. Debido a que el mes de febrero es el único cuya duración es inferior al ciclo lunar, la primera siempre se produce en enero y la segunda, en orden decreciente de probabilidad, en marzo, abril o mayo.2 Se observaron dos lunas azules el 2 y 31 de diciembre de 2009, coincidiendo que el 31 de diciembre de 2009 hubo un eclipse parcial de luna, cuyo plenilunio fue en diciembre.