InsurgentePress / Ciudad de México.- A principios de marzo, la directora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Gloria Villegas, informó que el jefe de departamento de Presupuesto fue asaltado dentro de las instalaciones. El administrativo sufrió una conmoción que le provocó convulsiones.
El tema de la seguridad se ha vuelto una constante en el Campus de Ciudad Universitaria. Como asegura Érick Ugalde, quien estudia en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en CU. Ahí los jóvenes enseñan cómo las rejas están rotas y cualquiera puede entrar. Prefieren irse en grupos al metro, como señala uno de los carteles que se encuentran dentro de este plantel.
A menos de un mes de que se nombre a un nuevo rector de la máxima casa de estudios, la seguridad sigue siendo aún “un gran reto”, como afirman profesores y aspirantes a dirigir a la UNAM.
Los estudiantes de licenciatura de Ciencias de la Comunicación dicen que en la Facultad han visto “de todo” y los asaltos son frecuentes. Los jóvenes que estudian en el turno de la tarde –que terminan sus clases a las 10 de la noche– prefieren irse en grupos al metro, por la falta de alumbrado y de seguridad. También, aseguran, hay venta de droga, sobre todo los viernes.
La UNAM dio a conocer en mayo pasado que ya se habían emprendido acciones para combatir la venta de drogas. Señaló en un comunicado que: “en forma sistemática, al detectar una actividad vinculada con el consumo, venta y distribución de drogas, se ha dado parte a las autoridades ministeriales correspondientes para el desahogo de las indagatorias respectivas”.
Suemi Rodríguez Romo, aspirante a la rectoría de la UNAM, dice que éste es un “gran reto” para el siguiente rector o rectora; afirma que se deben tomar acciones “preventivas” y evitar mayores daños.
“La inseguridad es un problema dentro y fuera de la UNAM. Este es uno de los principales retos, ¿por qué? Porque para hacer ciencia hay que estar creando, hay que estar innovando y debemos hacerlo con calma y tranquilidad, no con la zozobra de que lo vayan a atacar. Es una condición para formar estudiantes de manera correcta”.
Abunda que “es especialmente difícil porque no tenemos un cuerpo policiaco como tal, tenemos un sistema de vigilancia que no portan armas. Cada caso es diferente, no es lo mismo hablar de la seguridad en un campus como Iztacala o la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales”.
A principios de este mes, la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario informó que en el último año hubo 944 delitos, es decir, más de dos delitos diarios contra estudiantes y académicos.
OKUPA CHE
Es un viernes por la noche en la Facultad de Filosofía y Letras. Ya no está permitida la entrada a la escuela. Un vigilante deja salir a los últimos profesores y estudiantes, uno por uno. “Es por motivos de seguridad”, responde al preguntarle.
Afuera del Auditorio Okupa Che jóvenes escuchan música, fuman mariguana, consumen bebidas alcohólicas. Los miembros de este colectivo estuvieron involucrados en los disparos registrados en noviembre pasado, ya que persiguieron a un representante del ministerio público con palos y piedras y éste disparó.