Washington, 1 feb (PL) El magnate inmobiliario y precandidato republicano Donald Trump se enfrenta hoy a un voto decisivo y analistas consideran que llegó la hora de la verdad en su afán por alcanzar la butaca presidencial en Estados Unidos.
Será la oportunidad para que el político no convencional y muy controvertido mida si su mensaje caló en el electorado republicano como muestran las encuestas que lo mantienen en la punta prácticamente desde junio de este año, cuando lanzó su aspiración para obtener la boleta del partido rojo.
Según el diario digital The Hill, si sus seguidores salen en cantidades suficientes para darle la victoria, resultará fuera de toda duda que el fenómeno Trump es real y también significa que su marcha hacia la nominación será difícil de detener.
Agrega que justo lo contrario podría ocurrir, también, pues si pierde mostrará que su brío y la celebridad personal no está respaldada por la capacidad de una organización suficiente para obtener resultados.
Trump está por delante en el promedio de votación RealClearPolitics (RCP) en el estado, con una ventaja de 6,2 puntos porcentuales, pero la práctica puede deparar sorpresa, advierten análisis que consideran poco fiables los resultados de los sondeos.
Su rival más cercano, el senador por Texas Ted Cruz, tiene a su favor que cuenta con una gran maquinaria de campaña en el estado, lo cual pudiera abrirle la puerta a una victoria.
Su fuerza entre los evangélicos podría ser crucial, pues esas personas se encuentran entre los más seguros asistentes a los caucus en el lado republicano.
Otros candidatos como el senador Marco Rubio, al parecer, se contentan con un papel meritorio, en el caso del legislador por Florida, consiste en mantener el tercer lugar que le dan las encuestas.
Así otros candidatos tratarán de hacer un buen papel como el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, su colega de Ohio John Kasich, y el exgobernador de Florida Jeb Bush, quienes aun luchan por el respaldo del llamado establecimiento o cúpula del republicanismo en el país, con la vista puesta en una convención nacional abierta.
Por otra parte, expertos en las contiendas estadounidenses estiman que Iowa es el epicentro de la desafección, por lo que nada está seguro para ninguno de los aspirantes, tanto republicanos como demócratas.
Un análisis del diario The New York Times señala que Iowa es una dura prueba para Trump, pero promete una gran recompensa, y si gana irá a las primarias de New Hampshire el próximo día 9, con el viento a su espalda.