Ante el problema de agua contaminada en Flint, EE.UU., ONU pide que se tomen cartas en el asunto

Naciones Unidas, 3 may (PL) Expertos de la ONU en derechos humanos demandaron hoy al gobierno de Estadod Unidos acciones inmediatas para resolver la contaminación en las aguas de la ciudad de Flint, Michigan, por su impacto en las personas.
En la víspera de la visita del presidente Barack Obama a la localidad, emitieron una declaración desde Ginebra los relatores especiales para la Extrema Pobreza,
Philip Alston, la Sanidad y el Agua Segura, Léo Heller, y la Vivienda Adecuada, Leilani Farha.
La situación en Flint ilustra el sufrimiento y las dificultades derivados de la falta de reconocimiento de que el agua constituye un derecho humano, del fracaso a la hora de garantizar los servicios básicos sin discriminación y de tratar a quienes viven en la pobreza de una manera que exacerba su condición, advirtieron.
De acuerdo con los expertos, la visita de Obama representa una oportunidad de corregir el problema y de dar una señal de liderazgo sobre la necesidad del acceso al agua segura por encima del estatus socio-económico de las personas.
Alston lamentó la reducción de los fondos federales en Estados Unidos durante las últimas décadas para los sistemas de desechos y la cuestión del preciado líquido, un escenario con particular impacto en los seres humanos vulnerables.
El caso en Flint, donde el 41,5 por ciento de sus habitantes vive por debajo de la línea de pobreza y el 56,6 son afroamericanos, surgió hace dos años, cuando el gobierno local dejó de abastecerse con el agua potable bombeada desde Detroit, para consumir la más barata pero peligrosa agua del río local.
Como resultado, la población de unos 100 mil habitantes comenzó a consumir líquido con altas dosis de plomo y sustancias químicas tóxicas.
Para Heller, se trata de una situación que potencialmente viola los derechos humanos, mientras Farha calificó de devastadoras las consecuencias para las comunidades vulnerables.
Llamamos a los gobiernos federal y estadual a aprovechar la visita del presidente Obama para lanzar una estrategia que cumpla con los derechos humanos y evite que los eventos de Flint se repitan por el país, coincidieron.

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