¡…Guerra de papel…! “El pueblo es sabio, y no sé equivoca”

El “fresita” del Zócalo

POR BLAS A. BUENDÍA

blasalejo@yahoo.com

“El pueblo es sabio, y no sé equivoca”.

Tiene un alto sentido común que llega hasta recrimina a todo funcionario público que es inoperante, y eso es lo que en este ángulo de proverbios se cimenta una realidad que, por ejemplo, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Doctor en Derecho Miguel Ángel Mancera Espinosa, se halla entre la espada y la pared.

El gobernante citadino tiene un poder plenipotenciario, pero las características en relación a las ambiciones no solo personales sino de terceros, ahonda una preocupación futurista de hacerlo creer que ese es el “gallo”, que podría ser postulado como candidato a la Presidencia de la República para el 2018. O que bien, sería otro “salvador” de tantos problemas que agobian a todo el país.

Solo que resalta una importante duda, cuál será el partido político que se echaría a cuestas la intentona de hacerlo candidato, cuando en los hechos, en la actual administración que encabeza, ha tenido muchos desaciertos.

Si bien el gobernante citadino ha reconocido que recogió las migajas que anteriores administraciones perredistas le dejaron, ahora le han repercutido cuán bomba de tiempo podría tener en sus propias manos, aunque se echó también a cuestas toda responsabilidad para ser el Jefe de Gobierno en turno, eludiendo el cumplimiento de compromisos sociales y laborales del pasado.

Solo por citar un ejemplo histórico –que es la cereza del pastel financiero-, la difícil batalla que ha venido librando el Sindicato Único de Trabajadores de Autotransportes Urbanos de Pasajeros Ruta- 100, que a pesar de la existencia de una guerra de baja intensidad entre sus propios agremiados -porque algunos le juegan al traidor-, el Doctor Mancera no ha cumplimentado en saldar la liquidación a 21 años de la quiebra de la ahora ex Ruta 100, conforme a derecho y sentencias que obran en tribunales federales en materia laboral.

Pero “el pueblo es sabio, y no sé equivoca”. Sabe darle una puntual lectura en los momentos más precisos y álgidos de la historia. La ex Ruta 100 fastidiada de tanta ironía de sus gobernantes, de tanta deidad de ciertos “notables” e “iluminados”, éstos se ufanan de ver a un pueblo miserable “que no le pasa nada” (¡glup!).

“¡Si no hay justicia, no habrá paz!”, es la frase zapatista que desde hace más de dos décadas han acuñado los ex choferes en movilizaciones sociopolíticas y laborales, de quienes prestaron sus servicios a una de las empresas descentralizadas del transporte urbano gubernamental en los entonces Gobiernos del Distrito Federal, en épocas de Óscar Espinosa Villarreal y Manuel Camacho Solís, entre otros.

“El pueblo es sabio, y no sé equivoca”. Su sentido común lo obliga por inercia, en no equivocarse; actúa por instinto natural en contra de quienes sus gobernantes no le cumplen a cabalidad.

La disyuntiva del Doctor Mancera posee mayores complejidades, pero criterios propios a sus decisiones gubernamentales, es decir, la ex Ruta 100 se ha quejado sistemáticamente que no se le ha hecho justicia; creyeron que al apoyar al Doctor para que llegara al Gobierno citadino, les iba a hacer justicia. A la mitad de su sexenio, y en la recta final del mismo, pareciera que los ex choferes de la 100 se quedarán con un pasmo en la nariz, su peor pecado es ser ignorados por sus gobernantes y el Doctor, está en ese lecho de rosas…

Lamentablemente, el Doctor Mancera no está exento de ser acremente criticado. Bajo esa sabiduría del pueblo, el primero de mayo cuando se festejó el Día del Trabajo-2016, dolidos por  sus sentimientos, generadas por sus propias necesidades y por tener muchísimas carencias, los de la ex Ruta 100 se le fueron a la yugular.

Según fuentes de alta confiabilidad, la pancarta que exhibieron y que fue publicada no solo en medios impresos y que esa propia foto le dio la vuelta al mundo, fue devastadora. Se quejan amargamente que alguien (…), al Doctor Mancera le están moviendo el tapete.

Pero esa mano que “mueve la cuna” podría provenir…, uno, de la alta cultura y sabiduría de que “el pueblo es sabio, y no sé equivoca”,  que pide a gritos, ayuda y justicia; y la segunda, que podría existir entre los colaboradores del Doctor Mancera, uno que otro pusilánime, un renegado,, un ingrato, un insidioso y un intrigante que actúa por sí mismo bajo el manto del poder.

El Doctor Mancera no las ha tenido de todas fáciles. Realmente tiene que hacer algo, pero con urgencia, de quitarse de encima el conflicto de la ex Ruta 100,  porque esos desvalidos ex trabajadores siguen quejándose que el Gobierno de la Ciudad de México, sí cuenta con todos los recursos económicos y financieros necesarios, para que les cumpla con el rescate de su defenestrada liquidación.

Aunado a ello, se suman los emolumentos de queja administrativa, que ésta actúa con desgano, sobresaliendo la duda que alguien está ahorrando para reutilizarlos como un aparente lavado de dinero electorero.

Dinero lo hay, y a carretadas –dicen-; ejemplifican y ponen en tela de duda lo que viene pregonando que “no tenemos dinero”.

La capacidad financiera del GDF –otro ejemplo-, recriminan que Mancera y su equipo de colaboradores están armando su “cochinito” para una vez cercanas las fechas para la contienda electoral presidencial del 2018, reutilizar esos recursos derivados de los excedentes del gasto eficiente, que es una mecánica discrecional y administrativa bajo la tesitura del Ejecutivo local SIN PREVIA AUTORIZACIÓN de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Esos excedentes, cuando menos en el Ejercicio Fiscal-2015, arrojaron estos dividendos:

 

  • Por el  pago de predial, se recaudaron 2 mil 607.5 millones de pesos adicionales;
  • Sobre adquisición de inmuebles, mil 479.4 millones;  
  • En el caso de Tenencia, 3 mil 202 millones;
  • Sobre nóminas, 2 mil 800 070 millones;
  • Prestación de servicios de Suministro de Agua, 593.5 millones;
  • Prestación de servicios de Policía Auxiliar, superó la recaudación en 554 millones;
  • Policía Bancaria, 852 millones;
  • Pago por enajenación de bienes muebles no sujetos del inventariado, 600 millones;
  • Productos financieros, 373 millones;
  • Autogenerados, 295 millones;
  • Incentivos derivados de la colaboración fiscal, cerca de 4 mil 608 millones.

 

Esto quiere decir, para el diputado morenista José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, que la recaudación fiscal de la Ciudad de México “es muy buena”, pero que hay algo que es mucho más importante, que el ciudadano es un contribuyente cumplido y que esa contribución debe reflejarse en mejores servicios, en mejores obras de infraestructura y sobre todo en máxima publicidad y transparencia de los mismos.

Hace unas semanas, el mismo Suárez del Real, denunció desde la tribuna parlamentaria de Donceles, la falta de transparencia, publicidad y rendición de cuentas con la que el Gobierno de la Ciudad de México está ejerciendo los 35 mil 524 millones de pesos obtenidos como remanente en el 2015, así como las cifras subestimadas con las que se presenta ante la Asamblea Legislativa la iniciativa de Ley de Ingresos para su análisis y discusión.

Suárez del Real y Aguilera puntualizó que se tienen detectados aquellos rubros en donde se subestima la recaudación, es decir, los recursos complementarios o superiores a los que se había presupuestado durante los Ejercicios Fiscales de 2013, 2014 y 2015, “por tres años consecutivos, el Gobierno capitalino pone a consideración de la Asamblea Legislativa iniciativas de Ley de Ingresos con cifras subestimadas, a efecto de que sea el ejecutivo local quien decida el destino de esos recursos a su libre albedrío”.

Destacó la importancia de que la Asamblea Legislativa emprenda acciones que garanticen la transparencia en la fiscalización de la Cuenta Pública, cuyo objetivo es evaluar los resultados de la gestión financiera en cuanto a si la captación, recaudación, administración, custodia, manejo, ejercicio de la aplicación de recursos federales, incluyendo subsidios, transferencias y donativos; así como los actos, contratos, convenios, mandatos, fondos, fideicomisos, prestación de servicios públicos, operaciones o cualquier acto que las entidades fiscalizadas, celebren o realicen, relacionados con el ejercicio del gasto público local, se ajustaron a la legalidad.

Las consignas en contra del Doctor Mancera son interminables, emanan de todos lados, el Senado de la República ya tocó el tema de un presunto enriquecimiento inexplicable del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. La investigación parlamentaria de la Cámara Alta, sigue armándose de todos los elementos de prueba.

Relacionado con lo anterior, si bien es cierto que la ex Ruta 100 exhibió públicamente una pancarta mucho muy hiriente que ha sido el malestar de los propios funcionarios del Gobierno de la Ciudad, es porque éstos tienen una histórica culpa. Afirman que “si ya no nos quieren ver en el Zócalo, pues liquiden lo que nos deben, y ¡zas!, se acabó el problema”. Pareciera una endémica necedad por parte de la autoridad.

Conforme a los derechos que consagran los artículos sexto y séptimos constitucionales, bajo esa yugo popular de pensamiento -“el pueblo es sabio, y no sé equivoca”-, una pancarta fue paseada el domingo primero de mayo, Día del Trabajo-2016, por todo el Centro Histórico de la Ciudad de México, con la siguiente leyenda:

 

  • Los trabajadores de la ex Ruta 100, no vamos a votar por Mancera para el 2018, porque no paga y es corrupto, mamarracho, mamón y muy pinche fresita el cabrón.

 

“El pueblo es sabio, y no sé equivoca”, y si es esa la percepción de esos trabajadores desvalidos, miserables y muertos de hambre, es porque tienen toda la razón de exigir ¡justicia! “El pueblo es sabio, y no sé equivoca”.

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