En peligro el futuro de México

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

¿Qué es lo que piensa usted, cuando ve un niño trabajando? Gran parte de ustedes pensarán que es algo malo, otros dirán que afortunado son sus hijos, habrá quien sienta lástima por ellos, y hay quienes simplemente no sienten nada, una total indiferencia.

Los menores de edad que trabajan alrededor del mundo todo tienen vidas similares, es decir, la necesidad de enfrentar los diferentes problemas predominando el mismo factor común denominador; algunos son difíciles y estrictos, otros son forzosos y peligrosos.

Ahora esto no implica que al ver un niño trabajar sea negativo existen rangos y estilos de vida, es decir, cuando los infantes participan en ámbito laboral mientras no afecte la salud, desarrollo personal o interfiera con sus estudios se puede considerar como algo positivo.

Algunos se preguntaran cómo de qué tipo; a su respuesta les diré todos aquellas actividades para ayudar a sus padres en los domicilios; dentro de un negocio familiar para ganarse dinero para sus gastos personales, obviamente fuera de las horas educativas y durante vacaciones escolares es positivo, porque contribuyen al desarrollo de los menores para descubrir nuevas habilidades y experiencia que dentro de las aulas difícilmente podrían destacar, pero dentro de lo más importante es la preparación para ser integrantes productivos dentro de un sociedad en un futuro para su vida adulta.

Cuando se refiere explotación infantil, es un concepto demasiado amplio tocando temas como el trabajo que priva su infancia, su potencial siendo dañino para su desarrollo físico y mental; es todo aquel que está en contra de las leyes jurídicas, incurriendo hasta en la prostitución infantil, en resumen, cualquier situación en donde se comentan abuso físico, verbal o sexual.

En la mayoría de los casos ésta explotación no es porque lo quieran sino porque no tienen muchas opciones muy a pesar de que se han implementado políticas o programas para combatir este problema, como en el país se encuentra el Módulo de Trabajo Infantil que nada más se limita a recoger la estadística laboral infantil, ha sido un total fracaso los programas y talleres sociales así como sus sanciones dejando poco resultados por parte del gobierno federal y mucho que decir porque se siguen registrando un incremento ante el crimen de la explotación infantil.

Muchos de ellos son chantajeados porque los padres necesitan el dinero, otros quedan huérfanos, o son víctimas de la trata, pero en el país la mayoría de ellos se encuentran en actividades de la industria pesquera, o en la agrícola. En el norte es más común que se les explote en lugares peligrosos como las minas teniendo que sufrir cargas pesadas, entorno insalubre, altas temperaturas, y en condiciones particularmente de alto riesgo de explosivos.

De nada sirve tanta información publicada en diferentes medios masivos y con conocimiento de causa por parte de las autoridades federales haciéndose de la vista gorda como lo sucedido en las minas en Coahuila, donde se ha cobrado miles de vidas incluyendo la de menores de edad, por la falta de acción estando consientes del alto peligro y condiciones en las que se encontraban pero celosos de sus jurisdicciones territoriales, deja en un estado de indefensión o acción a las autoridades estatales.

Mientras sigan con una lucha perdida en contra del crimen organizado despilfarrando dinero deja desprotegido a los niños y niñas sometidos a la explotación infantil.

Nadie está asegurando nuestro futuro teniendo como única enseñanza la violencia que se vive, sin hacer una cultura de concientización para que la juventud se aleje de los vicios siendo la mejor arma para no fomentar el vicio bajando la demanda, así como también el hacer programas integrales para generar trabajo y oportunidades a los nuevos profesionistas, para que así los niños no se vean obligados a tener que trabajar.

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