Desafío: Epicentro del Fracaso

Por Rafael Loret de Mola

  • Reacomodos Agobiantes
  • Doce meses de Negocios
  • Epicentro del Fracaso

Es evidente que la crispación contra el gobierno federal ya rebasó los límites del asombro. En las redes sociales, el vehículo de comunicación más eficaz ante la paulatina pérdida de credibilidad de los medios –de todos ellos-, comienza a mencionarse el término “revolución” cada vez con mayor frecuencia si bien se está consciente de las diferencias notorias de la geopolítica nacional que harían imposible la victoria de una guerra de guerrillas al estilo de las de Zapata y Villa. Hay tanta rabia que no entiendo cómo será posible contenerla en los meses por venir.

La coincidencia -¿lo habrá sido o fue una estrategia?- entre el viaje presidencial a Francia con una comitiva excesiva para “estrenar” el avión encargado por felipe calderón –casi 400 invitados- y la fuga de “El Chapo” en condiciones que hacen imposible la ausencia de complicidad con los funcionarios del penal, las autoridades penitenciarias, la procuradora Arely Gómez, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el comisionado de Seguridad Nacional, el tartamudo y trotamundos Monte Alejandro Rubido y peña mismo, desataron de nuevo la indignación del colectivo. Nadie creyó en la versión oficial, salvo los ingenuos al servicio del poder público; a cambio, la sociedad incrementó notoriamente su escepticismo y sus rencores al grado de que el apellido peña es sinónimo ya de lo peor de la patria y así, sencillamente, no puede gobernarse.

Nadie cree en la eventualidad ni en el artificio de Joaquín Guzmán Loera como escapista, casi al estilo de Houdini, sino más bien aseveran que los acuerdos de la cúpula integraban esta acción como elemento distractor para dejar pasar, dejar hacer, como en el liberalismo económico, a otras reformas asfixiantes que terminarán con la poca dignidad de los mexicanos. Ya se percibe lo anterior como un campo de batalla en el cual está por jugarse nuestra libertad y destino. La diferencia es que el encontronazo entre el colectivo y las mafias es muy desequilibrado.

Pese a ello, se ha ido perdiendo el miedo. Comienza a sentirse el imperativo ya no de una alternancia sino de un cambio de modelo político o de sistema aun cuando la construcción de éste no puede iniciarse en una sola jornada… salvo que utilicemos la silenciosa maquinaria de “El Chapo” capaz de remover cuatro mil metros cúbicos de tierra con seiscientos ocho camiones de volteo para poder “escapar” del suplicio de quince meses en el penal de alta seguridad del Altiplano. Imagínense: una obra superlativa realizada ante la mirada de decenas de custodios sin que éstos se dieran cuenta ni sus jefes debidamente maiceados. Lo demás es ciencia ficción.

Lo mismo que el ultraje mayor: el viaje del presidente a Francia para cerrar el círculo de la compraventa: primero, Gran Bretaña con su Reina anciana; después, España con los Borbones con sangre mexicana –del coronel Ramón Corona Madrigal; cuando menos la Corona como apellido es real-, y ahora, Francia, con Hollande como anfitrión y las compañías francesas ávidas de regalos. Falta Alemania, cúspide del Cuarto Reich, pero éste con Ángela Merkel se toma por sí sola lo que quiera.

Nos están vendiendo pero es equivocada la teoría acerca de que la fuga es un mero distractor cuando nos acerca al estado fallido y nos exhibe en el mundo como nación bananera por la incapacidad gubernamental para brindarnos mínimos de seguridad cuando se anhela capturar a inversionistas aventureros para amarrar complicidades y comisiones, objetivo central de la gestión peñista tan concentrada en el pillaje. No, “El Chapo” no es un distractor sino un espejo.

De tratarse de un golpe sólo mediático, ¿acaso “El Chapo” no habría extendido su mano a otros de sus partisanos, como “La Barbie”, para aprovechar los altos costos del túnel de las estrellas? Sería ilógico pensar que los dejara con un palmo de narices cuando fueron ellos quienes defendieron su imperio dentro del penal del Altiplano. Y a todas éstas, se habla mucho de los hijos de “El Chapo” pero no de su gran lugarteniente, convertido en casi héroe por el extinto Julio Scherer y en motivo de portada para que no quedara duda alguna: Ismael “El Mayo” Zambada, desaparecido de las candilejas durante los quince meses precedentes.

¿No es notable la parálisis de “El Mayo” luego de la grotesca captura de “El Chapo” en Mazatlán cuando sólo un pobre infeliz aguardaba semidormido en el recibidor de un balneario de segunda? Aquí comenzaron las sospechas, jamás aclaradas, tras la burda y supuesta huida entre el drenaje de la capital de Sinaloa, Culiacán, y con el gobernador, Mario López Valdés, asomándose a la ventana o cumpliendo su papel de soplón. Sin duda, este personaje ha estado inmiscuido en cada momento, desde el principio. ¿O por qué creen ustedes que los capos nacen en Sinaloa? ¿Sólo por casualidad?

Cinco son los ex gobernadores ligados al narco en esta entidad vilependiada: el primero de ellos y el más significativo es Leopoldo Sánchez Celis quien, en 1963, fue impuesto por Hank González y luego se convirtió en su brazo derecho; quizá por eso, en una balacera en los campos cercanos al aeropuerto del Distrito Federal sucumbió su hijo, Leopoldo Sánchez Duarte al final de los ochenta. Y siguieron, casi en fila: Antonio Toledo Corro, Renato Vega Alvarado, Juan S. Millán y Jesús Aguilar Padilla… todos ellos millonarios por su, digamos, tolerancia.

Y, desde luego, el aliancista Malova sabía a lo que llegaba cuando se postuló contra el PRI, su antiguo partido, y ganó con escaso margen, el necesario, sin grandes interpelaciones. No por nada a la vuelta del Palacio de Gobierno las casas de cambio clandestinas operan a todo vapor y lo mismo los narcos pasean por allí en su afán de lavar dinero. El escándalo es de altos decibeles y, pese a ello, no hay indagatorias contra el mandatario que está ligado a los narcos como nadie.

Vamos a ver. ¿Y quiénes sirvieron de “puente” entre “El Chapo” y las altas autoridades del país? No nos creemos en la aparición del túnel como si se tratara del Castillo del Adivino de Uxmal construido por el enano en una noche aunque haya varias coincidencias: la oscuridad, el enano, la bruja –perdón señora procuradora- y, desde luego, los inexpugnables “castillos”. Ya les conté que, en marzo de 2002, tuve la ocasión de entrevistar dentro del penal de alta seguridad del Altiplano a Mario Aburto Martínez y al general Jesús Gutiérrez Rebollo –el primero fue trasladado a un penal de Tabasco, de mediana seguridad pese a ser un magnicida, y el segundo murió en el mismo piso, del Hospital Central Militar, en donde ha sido atendido peña nieto de sus dolencias cancerígenas-, y pude constatar que detrás de mí se cerraban diecisiete rejas y sus consiguientes candados automáticos, además de los gruesos muros y del virtual aislamiento, seguido por cámaras de videos, de los reos de mayor peligrosidad. Una figa como la descrita oficialmente es, nada menos, una ofensa a la inteligencia colectiva, tan burda que parece planeada por uno de esos “youtubes” expertos en el mundo virtual. Sólo falta que todo sea una estratagema como las de los antiguos magos expertos en las sombras de la incipiente cinematografía.

Pero no es así. Si el señor peña insiste en ello es porque, claro, sólo desea manipular a sus gobernados con fines muy ajenos a los intereses globales, los de los mexicanos se entiende. Pero, ¿qué puede ser tan importante como para alebrestar a la comunidad nacional con la salida de un criminal de estas dimensiones de prisión? ¿Vale la pena asimilar la vergüenza con tal de ocultar algo mucho más profundo que, al fin y al cabo, será descubierto?

Tal es la cuestión que enfurece. Porque nos sabemos engañados en ausencia de un gramo de credibilidad en un gobierno rebosante de patanes, mentirosos y hasta criminales. ¿Por quiénes comenzamos, señor peña? ¿La procuradora o el comisionado? ¿El titular de Gobernación o el de Defensa? Ya no tenemos fe en ellos. ¿Hace cuánto tiempo pedimos sus salidas y no fuimos escuchados? Ahora es demasiado tarde. Por desgracia.

Debate
¿Nos conviene, de verdad, auspiciar las inversiones de los consorcios extranjeros, sobre todo estadounidenses y españolas, a costa de reducir las expectativas de los nacionales sea por la vía fiscal o por las apreturas de nuevas normas en los renglones estratégicos, como el de las Telecomunicaciones?

Hace un año ya, el diario Reforma, en su encabezado principal, se refirió a las prerrogativas de la poderosa constructora hispana OHL (Obrascon-Huarte-Lain), que ha sido “premiada” con siete contratos multimillonarios, que alcanzan la cifra de cuarenta y un mil millones de pesos, muy por encima de cuanto han recibido en conjunto, las principales empresas mexicanas del ramo, ICA, Tradeco y Carso: nueve mil cuatrocientos doce millones de pesos, más de cuatro veces menos. El contraste no puede deberse a una simple casualidad sino a una negociación soterrada, vista con buenos ojos por el titular de la secretaría de Hacienda, luis videgaray caso, obviamente mediador de excelencia para tales desviaciones y enlaces, además claro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, encabezada por Carlos Ruiz Esparza, reducto de viejos polvos.

La Anécdota
Esta tendencia, por desgracia, inhibe la inversión local y favorece el abaratamiento de nuestro suelo y nuestra infraestructura, sobrevaluando, además, los trabajos realizados por las compañías foráneas. Esto es: como si los mexicanos no tuvieran capacidad para construirse su propio futuro sin tutelajes de ninguna especie, ni políticos no financieros.

Ya es hora, creemos, de especificar, en la voz del presidenciable videgaray –no imagino quién sería capaz de votar por semejante personaje-, cuáles son las verdaderas prioridades del gobierno federal.

Es hora de cerrar los grifos y evitar que los cauces del agua infectada por la corrupción
nos lleven por los caños corroídos y desemboquen en los jardines del primer mundo.
De allí la urgencia de recuperar el liderazgo diplomático de México
en esta hora convulsa para el mundo.

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