Washington, 18 jul (PL) La Convención Nacional del Partido Republicano comienza hoy en Cleveland, Ohio, en medio de fuertes medidas de seguridad, un ambiente caldeado y de suspenso, con las autoridades preparadas para todo, según dijeron.
A la controversia que se puede generar entre los asistentes por la elección de Donald Trump como el representante de los rojos a las elecciones presidenciales de noviembre, se suman extremas medidas de seguridad diseñadas durante meses de estudio pero, ahora, ajustadas tras el ataque mortífero de un camión en Niza, Francia.
En una entrevista el domingo en el programa de CBS «Face the Nation», el jefe de policía de Cleveland, Calvin Williams, dijo que las tácticas cambiaron algo después de lo ocurrido en Francia y las manifestaciones anunciadas en esta ciudad del noreste del país.
Hemos colocado barreras o barricadas en algunas calles e intersecciones clave de todo el barrio del centro sólo para asegurarnos de que cosas como las que ocurrieron en Niza sean frustradas si es que hay intentos, dijo.
El ambiente está caldeado, mientras muchos anuncian su participación en manifestaciones contra el presunto candidato republicano Trump, a quien sus seguidores prometen proteger, incluso, con las armas en las manos.
En declaraciones en el programa Fox News Sunday, el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, dijo que «estamos listos para cualquier cosa», lo que resume la incertidumbre que puede rodear una convención hará historia por controversial o porque Trump logre unir a un partido que en el fondo lo desprecia y lo considera un extraño.
Bienvenidos delegados y visitantes, se lee en un gran cartel en el centro de Cleveland, donde ya arribaron decenas de miles de personas, tanto delegados acreditados como militantes y simpatizantes del Grand Old Party, para participar en los encuentros y deliberaciones hasta el 21 de julio.
Aunque muchos como el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee tienen esperanza de que los rojos se unan, notorias ausencias al encuentro ponen en tela de juicio ese objetivo, algo que pudiera ir en contra de las posibilidades republicanas de retomar la Casa Blanca.
La lista de ausentes incluye al último candidato partidista a una elección presidencial, Mitt Romney (2012), a los miembros del clan de los Bush, el exsenador Robert Dole, y otras figuras de peso dentro de esa agrupación.
La virtual nominación de Trump para tratar de llegar a la Casa Blanca muestra que no fue vacía su promesa de 2015 cuando dijo que entraba a la carrera para «ganar», algo que se definirá en las urnas el 8 de noviembre.
Luego de que reciba la estafeta de los rojos, hay que ver si varía su discurso de tintes xenófobos, misóginos, cargados de insultos y criticas a los inmigrantes, algo que él mismo dice que no ocurrirá porque dejaría de ser Trump.
A su favor tiene que alcanzó nada menos que cerca de 14 millones de votos en las primarias y pulverizó el récord de un aspirante republicano en el proceso que tenía George W. Bush en 2000, con algo más de 12 millones de sufragios.
Por lo pronto, y en medio de un ambiente de suspenso, se espera que Trump se imponga a sus detractores.