Kabul, 24 jul (PL) El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, decretó hoy duelo nacional tras el atentado suicida en esta capital que cobró la vida a 81 personas e hirió a 230.
Ghani prometió vengar a los caídos y para ello anunció una operación militar a gran escala en la provincia de Nangarhar, donde se concentran los irregulares del Estado Islámico (EI), los cuales reivindicaron el ataque.
Los suicidas se introdujeron en una multitudinaria manifestación de miembros de la minoría étnica hazara, que es por demás de confesión shiita, una de las sectas derivadas del islam.
Dicha marcha reclamaba la inclusión de la provincia de Bamiyán en un trazado de red eléctrica.
Tras las explosiones y el traslado de los herios a los hospitales de la capital, cientos de voluntarios acudieron a donar sangre.
El movimiento Talibán negó su implicación en los atentados, mientras que el EI reivindicó la responsabilidad y alegó que se dirigió a los hazara por pertenecer a la secta shiita.
Los recientes atentados constituyen los más mortíferos en más de 15 años de guerra civil en Afganistán.