Desafío: Trump, el Gran Peligro

  • Informes y Autoelogios
  • Trump, el Gran Peligro
  • De Redituables “Seseos”

Por Rafael Loret de Mola

No hay remedio, señor peña. Tiene que ponerse a trabajar. Faltan apenas dieciséis días para que presente su cuarto informe. ¿Me sincero? Creí que no llegaría hasta aquí; la medicina del poder no es sólo afrodisíaca sino igualmente estabilizadora mental y emocional sobre todo en un país presidencialista no acostumbrado a hacer valer el concepto de soberanía popular. Por eso, usted sigue gobernando a pesar de los genocidios, la corrupción ingente y la torpeza evidente por su desconocimiento de la geografía, de la geopolítica y hasta de su entorno.

Ya sabemos, de antemano, que peña nieto no reparará en lo anterior y dejará un enorme legajo de hojas en el Congreso para cumplir, literalmente, el ordenamiento constitucional sin necesidad de confrontar y responder las agudas interrogantes de una oposición convenenciera y hasta comodina. Luego habrá posicionamientos estériles, las comparecencias de algunos secretarios de Estado y el largo intercambio de opiniones, algunas ofensivas y de relumbrón, sin que las condiciones y causas de cada grupo parlamentario. Los diputados y senadores, como es costumbre, se limitarán a dialogar con los colaboradores del presidente mientras éste evita dar explicaciones de cara; mejor para él, no vaya a ser que se equivoque y confunda la sede del Legislativo con la Suprema Corte de Justicia.

Unos pocos gobernadores, en cambio, mantienen la ceremonia del Informe como una manera de nutrir la egolatría. Hace unos días, por ejemplo, Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche –una entidad víctima igualmente de los cacicazgos locales bajo el cielo de la impunidad-, se dio a la tarea de dedicar un buen tiempo a leer sus proezas anuales sin el menor sentido de autocrítica. No habló, por ejemplo, sobre si realizó o no auditorías a la administración de su predecesor, Fernando Ortega Barnés, uno de los más señalados por su enriquecimiento (in) explicable y quien, obviamente, tiene un retiro por demás lujoso como tantos otros que ya están listos a estrenar sus casas palaciegas en los Estados Unidos y España, los destinos más frecuentes de los ladrones mexicanos. Los reciben muy bien porque, claro, pagan mejor que ningún otro cliente y dejan las caravanas, a las que son muy afectos los hispanos hosteleros acaso por derivación de los usos de la monarquía caduca, en cuanto detectan que las fortunas bajan y las persecuciones fiscales y políticas suben, como ocurrió en el “incidente” carcelero de Humberto Moreira.

Tampoco dirá la verdad en cuanto a la inseguridad pública, dispersa por todo el país ni acerca de la guerra entre las mafias, la oficial y la de los cárteles que no disminuyen sus exportaciones hacia el mercado de consumo mayor del mundo, las tierras de Obama. Ni explicará las condiciones impuestas por Estados Unidos –la presencia de marines camuflados dentro de la Marina Nacional-, para simular mil batallas cuando las agencias de inteligencia del norte son las que regulan los mercados para mantener precios y mercancías y así evitar un colapso social. Metanfetaminas y cocaína se venden desde las oficinas estresantes de Wall Street hasta los barrios perdidos de Los Ángeles.

No dirá nada sobre si hay o no avances en las investigaciones sobre los genocidios de Iguala, Tanhuato y Tlatlaya –los principales- ni, mucho menos, acerca de los magnicidios que han marcado la vida institucional del país desde 1993 cuando fue asesinado el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y ni siquiera el augusto Papa Juan Pablo II fue capaz de presionar lo suficiente en busca de la verdad; optó por recoger la invitación oficial en pro de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano. ¿Por qué, siquiera, los jerarcas de la Iglesia no insisten, salvo el Cardenal en el retiro Juan Sandoval Íñiguez, a quien extiendo mi respeto por su valor y congruencia, en continuar el proceso indagatorio que, necesariamente, tocaría fondo en la figura de Joseph-Marie Córdova Montoya, el asesor del demonio?

Desde luego, no nos dirá cuáles son las alternativas para México frente a las inminentes elecciones en los Estados Unidos –falta poco menos de tres meses-, en las que el multimillonario “pato” Donald Trump podría dar la sorpresa ante una desprestigiada Hillary dispuesta a extender la pandemia “Evita” con reacomodos en las alcobas de la Casa Blanca. ¿Aceptaría el ex presidente Clinton su papel de príncipe consorte con tal de volver a la residencia oficial en donde todo se tiene a mano, incluyendo la posibilidad de desatar una guerra nuclear?

Por cierto, es bastante obvio el cambio de actitud de nuestro medroso gobierno, lo que habla de las reales posibilidades de Trump, acerca del insolente multimillonario racista y xenófobo. No sólo el señor peña sino también la Canciller Claudita modificaron las protestas contra las aberraciones y desafíos del “pato” e incluso han explicado que nuestro país no modificará sus políticas bilaterales sea cual fuese el resultado de los comicios norteamericanos. Esto es: si gana Trump… estaría dispuesto a aceptar sus condiciones sobre el muro de la ignominia y pagar por éste. ¿Y la pobre soberanía nuestra? Volando muy alejada del suelo patrio.

Tampoco mencionará la verdad acerca de los vaivenes de nuestra economía, supuestamente blindada por las reservas a la baja –más de veinte mil millones de dólares se han perdido para “equilibrar” el mercado de divisas a favor de los banqueros del exterior que especulan con ellas, sobre todo hispanos y estadounidenses-, ni será aceptable, si la da, la explicación por las cuales las anunciadas bajas en los precios de la luz y las gasolinas se revirtieron contra lo ofrecido para exaltar más a una población cansada de las mentiras recurrentes de la clase política.

Las falacias caen por su propio peso. No reconocerá peña su larga enfermedad ni dirá nada sobre las duras sesiones con láser en el Hospital Militar –noticia filtrada por uno de los médicos de allí-, que tienden a impedirle el desarrollo de sus males pero sin garantía de ninguna clase acerca del comportamiento vulnerable del mismo. A sus socios, políticos y financieros, les viene bien tener a un títere ramplón en la Presidencia; a los mexicanos, en cambio, nos obliga a radicalizar acciones para insistir, por la vía pacífica, en la necesidad de su alejamiento definitivo. Sería la mejor fórmula para pacificar al país; pero no lo entienden sus rancios colaboradores ni él mismo, aferrados a un poder que ya no es ilimitado por haber perdido varios de los controles principales, el de las instituciones con mando de fuerza pública, entre algunos de los principales.

No expondrá, casi puedo garantizarlo, cuántas bajas inútiles ha sufrido el ejército mexicano sin que se les ofrezca a los deudos la posibilidad de una pensión vitalicia, hogar y estudios para los hijos incluidos, como fue promesa de hace treinta años de un presidente siniestro, miguel de la madrid, el tío de Angélica Rivera Hurtado, la gaviota convertida en el patito feo de la historia presente. Quién lo dijera, tan guapa ella y tan popular hace apenas un lustro y ahora convertida en la villana principal de la larga telenovela de las casas blancas, las de Las Lomas y la de Los Pinos, a imitación de la norteamericana.

Debe ser duro para un uniformado, sobre todo si siente de verdad el patriotismo, servir a un mandatario tan deshonesto como peña nieto y quien saluda, además, con sombrero ajeno cuando se trata de contar la captura de algún capo en desgracia sin mencionar que el mando lo ha tomado otro, como en el caso de Ismael “El Mayo” Zambada sobre el ahora marginado Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. Los niños juegan a parecerse a este último y “El Mayo” les suena como un mes más del año, el de las flores. Las distorsiones son enormes.

Sin cambios de fondo, y con las manos vacías excepto de promesas fatales, peña nieto ha perdido su propia historia y debiera irse. ¿Le suena bien el primero de septiembre junto con el legajo de fojas que nadie leerá?

Debate

Mi colega y amigo, Mario Rosales Betancourt, insiste en que todas las consultas sobre las reformas políticas y fiscales, de realizarse, serían inconstitucionales porque la Carta Magna especifica que tal procedimiento no debe estar ligado a cuestiones económicas ni electorales. Y es evidente que la reforma energética tiene, como columna vertebral, el aspecto financiero –o el saqueo de nuestro subsuelo-; por otra parte, la postura del PRI para conocer de la ciudadanía si quiere o no modificar el número de legisladores, es obviamente electoral aunque el pequeño presidente del PRI –por su estatura mental, no física-, lo niegue. Lo evidente no necesita confirmación de un manipulador experto.

El caso es que, desde luego, la soberanía popular –otra vez el referente caduco para muchos, sobre todo los legisladores-, está por encima de las interpretaciones así como la justicia es superior a las leyes cuando están no interpretan la dinámica social o sirven sólo para blindar a dictadores y presidentes autócratas; o a los reyes quienes son “inimputables” por mandato… de ellos mismos; y luego alegan que son respetuosos de sus respectivas cartas magnas. Una falacia detrás de otra.

Si contamos la democracia como el gobierno del y para el pueblo, más allá de las normas, entonces no es posible substraerse de los millones de firmas –más de cinco, contando los aportes de la MORENA de López Obrador-, que coinciden con el imperativo de consultarle a la ciudadanía sobre la validez o no de la reforma energética, pactada en petí comité por priístas y panistas, estos últimos incapaces de actuar durante los doce años, dos sexenios, encabezados por mandatarios correligionarios. Y todavía los miembros del blanquiazul pretenden repicar las campanas de la victoria “cultural”, rescatando al yucateco Carlos Castillo Peraza quien murió en Bonn, en 2000, luego de renunciar al PAN y entregarse a otras debilidades, digamos, más personales.

Los absurdos se crean en donde los vacíos abundan. Y hace tiempo son mayores los huecos –hasta en los discursos de peña nieto- que los espacios cubiertos.

La Anécdota

Hace cuatro años, una amiga economista española, Pilar de nombre, me pidió que le explicara si sería sencillo para ella, en caso de un quebranto crítico mayor en su país –en donde los jueces suelen carecer de criterio-, adaptarse en México y conseguir empleo:

-Por desgracia –le respondí-, te sobra con el seseo. Allí se aplica la xenofobia al revés.

Tal fue el antecedente, para mí, respecto a la arribazón de colonos españoles que aun conciben tener derechos sobre sus “antiguos territorios”, como ellos dicen. Y el gobierno, como el de Moctezuma, les ofrece el oro a cambio de muy buenas comisiones para las hermanas Peña Nieto en cuanto a los “trenes de alta velocidad”.

HECHOS Y NO PALABRAS.
¿CUÁNTO HEMOS REPETIDO LA CANTALETA?
DURANTE DÉCADAS Y SIN QUE NADIE SEA CAPAZ DE ESCUCHAR.
POR ESO EL ZÓCALO PUEDE CONVERTISE EN LO QUE SEA O MODIFICARSE EL RITO PRESIDENCIALISTA SIN SALIR DEL PALACIO NACIONAL,
CON EL LEGISLATIVO A LA COLA.
VAMOS BIEN, señor peña nieto, PORQUE USTED LO DICE.

Deja tu comentario