Quito, 25 ago (PL) En próximas semanas un fiscal sueco, en presencia de un fiscal ecuatoriano, interrogará al ciberactivista australiano Julian Assange dentro de la Embajada de Quito en Londres, ratificó el presidente Rafael Correa.
El mandatario recordó que el programador australiano y fundador del portal digital WikiLeaks lleva cuatro años asilado en la sede diplomática ecuatoriana en el Reino Unido.
¿Se imagina si nosotros hubiésemos hecho una décima parte de lo que está haciendo Gran Bretaña? Es la doble moral internacional, afirmó Correa durante un conversatorio con medios de prensa.
Recordó que el periodista está involucrado en cuatro casos, pero no está acusado de nada.
Al respecto, precisó que en uno de ellos, el cual lo vincula con presuntos delitos sexuales, Suecia finalmente permitió interrogarlo, dentro de la embajada ecuatoriana y en presencia de un fiscal de este país.
«Suecia accedió a lo lógico de lo que siempre se le pidió e implica respeto a nuestro país y a la normativa internacional, y a la ecuatoriana, que lo permite la normativa sueca también», explicó.
Aclaró que las fiscalías ya llegaron a un acuerdo, está limada cualquier aspereza y en las próximas semanas se tomará su declaración.
Ojalá que después de esto Suecia cumpla el siguiente paso de levantar el período de arresto y pueda salir libre Assange, porque se está atentando claramente contra sus derechos humanos, advirtió.
El jefe de Estado reiteró que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró a Assange como una de las personas arbitrariamente privada de libertad, sin embargo, no se ha hecho caso a esa determinación.
Hace dos días el gobierno de Ecuador ratificó, mediante un comunicado oficial, su compromiso con la seguridad e integridad física del fundador de WikiLeaks, sitio web que divulgó miles de documentos sobre conspiraciones, prácticas irregulares, corrupción, crímenes y mentiras, lo cuales incriminan a varios gobiernos, principalmente el de Estados Unidos.
En el texto, la Embajada ecuatoriana en el Reino Unido manifestó preocupación por la respuesta inadecuada y tardía de las autoridades británicas ante un intento de intromisión en la sede de un desconocido, algo que la sede describió como un incidente de extrema gravedad.