Desafío: Prioridad de Andrés

Por Rafael Loret de Mola

• Capitales sin Fondo
• Prioridad de Andrés
• Tomar las Armas, NO

Tocamos fondo… en cuanto a los capitales que salen del país sin remedio, acumulados por los grandes cómplices del gremio peñista, tan atingentes y complacientes, siempre dispuestos a rodear al presidente y formar, como explicó la burda Carolina Monroy del Mazo, un ejército en su defensa. Ce todas las conductas políticas posibles la de Carolina ha sido, en medio siglo, una de las más abyectas y contrarias al criterio general. Estoy seguro ya de que quieren acabar hasta con el último resquicio del PRI.

Por su parte el señor peña nieto convirtió su informe en una especie de clase universitaria, a un grupo de jóvenes que creen estar así construyendo el futuro, cuando ningún derecho tiene para ello vencido por las pruebas en su contra, convertido en el plagiario nacional y en un ignorante que no requirió ni leer su propia tesis para encumbrarse. Vaya lección que se les está dando a los estudiantes de hoy. Ni con el flagelo de díaz ordaz.
Sí, es cierto. A peña le favorecen los distractores y hasta tiene una sospechosa suerte: la muerte de Juan Gabriel, el pasado domingo 28 de agosto –la fecha en la que Manolete sufrió la herida mortal que le postró en 1947-, le vino a dedillo no sólo para distraer a las masas por la caída del “ídolo” –con serias sospechas sobre el desenlace por el retraso en comunicar la noticia y el sigilo extremo de familiares a los que él no quería cerca-, sino para disminuir la animosidad de millones de mexicanos hastiados de su gestión presidencial y de cuanto representa. ¿Será sólo buena fortuna con cargo a los dramas de los demás?

El impacto fue tan grande como el avionazo en el que murió, en abril de 1957, el queridísimo Pero Infante Cruz, acaso el mayor icono de la farándula mexicano en más de medio siglo. Todo se vino abajo, incluyendo su aeronave cargada de contrabando, en Mérida, sobre una casa de paja en donde una pobre señora, víctima también, cumplía sus funciones escatológicas y así acabó sus días, quemada como si hubiera hecho erupción un volcán en donde sólo existe un cerro, en Muna, en la enorme planicie yucateca.

En la víspera del informe, tan insulso, bajo el lema de que “también hay cosas buenas que contar y cuentan mucho”, si bien no tantas como las malas que nos atan sin remedio a un futuro incierto, corroído ya desde ahora, los niveles de desaprobación del titular del Ejecutivo crecieron, nada menos, al ochenta y ocho por ciento. Lo que me asombra no es este dato sino saber que existe un doce por ciento de mexicanos que viven en otra latitud pero deambulan por allí en medio del más tremendo caos que podamos imaginarnos, asegurando que el mexiquense lo ha hecho bien; ni los burócratas se lo creen y, si acaso, sólo algunos, no todos, de sus secretarios de Estado se animan a poner las manos al fuego por él… si este sacrificio, recordando a Cuauhtémoc, les acerca a la postulación priísta a la Presidencia. ¿De verdad creerán que pueden ganar desde esta posición partidista?

Pese a la catástrofe política lo más grave, disimulado en un informe con buenas noticias –productos de la inercia gubernamental y no de las decisiones razonables y justas-, es la fuga de capitales combinada con una deficiente, absurda, distribución del gasto público incluyendo más de quince mil millones de pesos para sostener la infraestructura electoral en un país en donde NO existe la democracia y los institutos políticos sólo obtienen cuatro mil millones de la partida. Los once mil restantes, sencillamente, están destinados a la operación del organismo más cuestionado y cuestionable entre las instituciones. A estas alturas, no entiendo cómo, por ejemplo, la izquierda, dos veces defraudada sin género de dudas e incapaz de defender y asegurar los sufragios a su favor –con lo que se ha engañado a sus creyentes-, insiste en jugar con las mismas reglas del juego comicial a sabiendas de que ya, desde ahora, con la experiencia obtenida en las elecciones de los años anteriores –alianzas turbias, postulantes criminales y una ceguera increíble respecto a los fondos non santos-, se prepara para asegurar la continuidad aunque sea a través del segundo retorno insólito: el del PAN.

Por supuesto, la izquierda no repara en la tendencia hacia la derecha que mantienen los aspirantes a la Casa Blanca, sobre todo el “pato” Donald Trump –a quien no le valen las encuestas generales, voto por voto, porque sólo le interesa reunir a los estados con mayor influencia en el mapa electoral-, y la obcecación por asegurar los mercados del sur, comenzando con México, a través de gobiernos débiles por corruptos y limitados por efecto de la ignorancia.

Así que sumamos. Quince mil millones de pesos tirados al basurero de la demagogia con la complicidad de los partidos políticos dispuestos a recibir migajas: más de mil millones, el PRI, y cuatrocientos millones la MORENA de Andrés Manuel, pasando por el PAN –setecientos ochenta y dos millones-, y el PRD –cuatrocientos setenta y siete millones-. Toda una ganga electoral lista para representar una lid rebosante de desequilibrios y grandes candados para dirigir los procesos según convenga a los intereses continentales.

Eso no es todo sino sólo la hebra de la madeja. No queda duda alguna, pese a la amplitud de los fondos destinados a los partidos con y hasta sin registro –caso curioso es el del Partido del Trabajo que lo perdió y luego recuperó gracias a unos escrutinios tardíos y amañados en Zacatecas-, de la introducción de dinero sucio a las campañas políticas. Las ofertas son muy específicas: los aceptas y los candidatos quedan comprometidos; no los aceptas y los mismos muerden el polvo antes o después de la celebración de las elecciones. Y, por supuesto, el conjunto tiene un miedo pavoroso, algo así como los límites que ya se le impusieron al bravucón Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León.

No podría entenderse, de otra manera, el dispendio priísta en 2012 con tres fuentes conocidas: primero, el endeudamiento de las entidades gobernadas por los cómplices de peña –digamos Coahuila de los Moreira, Veracruz de Duarte, Chihuahua del otro Duarte, Nuevo León de los Medina, Jalisco de los Sandoval, Quintana Roo de los Borge, Yucatán de los Cervera –con Ivonne Ortega Pacheco en el papel principal-, Sinaloa de Malova y Tamauilipas, desde luego, de los Yarrington, Cavazos, Hernández y Torre Cantú. Un abanico de colores miserables y efímeros.

La segunda fuente conocida durante la maledicente campaña de peña fue, sin duda, el dinero sucio proveniente de ciertos arreglos soterrados que impidieron que el proceso callera en el abismo de la violencia creada por el mismo sistema político. ¿A cuánto se remonta la recoja? No es posible preciarla pero hablamos de cientos de millones de dólares que, por supuesto, el inútil INE ni siquiera vio por pasar por sus narices, ni para olerlos. Podrá alegar ahora que los hechos están consumados; lo estarán, sí, cuando los consejeros, encabezados por Lorenzo Córdova Vianello, el último de sus presidentes consejeros y el primero del INE, sean encarcelados por sus acciones de extrema simulación en medio de la marea de la corrupción.

Cerramos el círculo con la peor de las noticias: durante la magra gestión de enrique peña han salido del país, o se han fugado como solía asentarse otrora, setenta y un mil novecientos ocho millones de pesos, capital que es equivalente al ochenta y uno por ciento de la deuda pública –con la privada se suman mil millones de millones, un billón de dólares, absolutamente impagables-. La asfixia ni siquiera nos permite razonar el drama financiero de una nación convertida en cenizas sobre las que pasan los nuevos Atila del mundo occidental, esos que discuten sobre el muro de la ignominia porque no pueden vivir sin uno y el de Berlín ya tiene veintisiete años desde su derribo.

Nos han saqueado con algo peor que las divisas: nos han arrebatado nuestra moral y la agonía se extiende más rápidamente.

Debate

Jaime Orosa Díaz, escritor yucateco, describió, en su espléndido relato “El Crimen del Miedo”, las causas y efectos del asesinato de Felipe Carrillo Puerto, gobernador yucateco sacrificado en 1924 bajo un clima de feroz linchamiento alentado por la entonces “Revista de Mérida”, precursora del Diario de Yucatán, perteneciente al cacicazgo informativo de los Menéndez en la península. Explicó Orosa, con precisión, que el ámbito se enrareció, notoriamente, cuando la derecha, promovida por el jerarca del periodismo, Carlos R. Menéndez, se opuso al mandatario y creó los aires levantiscos que acabaron con el fusilamiento del “apóstol de los ojos de jade” y veintitrés de sus colaboradores, incluyendo el de sus hermanos y el de Don Manuel Berzunza -el anillo periférico meridano lleva su nombre-, entonces alcalde de Mérida, en un paredón montado en el cementerio de esta ciudad ahora convertido en la Rotonda de los Socialistas Ilustres.

Lo triste de la historia es que mientras Carrillo permaneció en una infecta celda –la última del pasillo entre las crujías a donde se destinaba a los mayores criminales-, no hubo manos, ni una sola, que se alzara en su defensa; luego del horror llovieron las alegorías, las coronas de flores, los himnos patrióticos inspirados en él, la exaltación popular y el fervor político sobre los restos inermes bajo el silencio eterno. La memoria, tantas veces, atormenta y alecciona.

Escribo sobre aquel episodio para subrayar no sólo la volatilidad de una ciudadanía confundida sino lo perentorio de los liderazgos que se pierden por disputas y grescas sin sentido; también para desenmascarar a quienes instigan y después esconden las hondas con las que tiraron las primeras piedras. Así hoy Andrés Manuel y quienes le aconsejan mantenerse sin entrometerse en las líneas de fuego- los narcos, Estados Unidos-, sino en lo suyo –esto es ampliando su propia campaña como él como único centro valedero- para tratar de lograr su conquista por el poder ¿Hacia dónde iríamos si los vándalos que vimos todos, organizados por el ejército, deciden estropear el ascenso de cualquiera de los líderes relevantes? Mal pintan las cosas para esta democracia agria y áspera.

No es tal lo que queremos la mayor parte.

La Anécdota

Cada vez aumentan quienes se preocupan, como sucedió hace cuatro años cuando se exaltó el supuesto Apocalipsis maya, interpretado por mentes calenturientas para extender la angustia social de los ingenuos e ignorantes, al fin y al cabo son lo mismo, por los comunicados de grupos “extremistas”, como el que se hace llamar ERM-LN –Ejército Revolucionario Mexicano-Liberación Nacional-, en el sentido de llamar a “tomar las armas” a costa de derramar sangre y provocar la caída del gobierno constituido. ¿Era éste el plan alterno convertido peña en un títere? Sólo la violencia puede salvar a los caciques infectados, inmundos, y no a la ciudadanía que reclama paz y un justo relevo presidencial; hay elementos de sobra, entre la sociedad civil, para encabezar una verdadera transformación política sin pedir el aval de quienes han instaurado una vergonzosa partidocracia.

NO ES DECENTE SER OPOSITOR Y ACTUAR CON LOS MISMOS SIGNOS AUTORITARIOS DE QUIENES SON SEÑALADOS POR OSTENTAR EL PODER Y DEGRADARLO POR LA PREPOTENCIA Y LA DEMAGOGIA. TAL ES LA PARTIDOCRACIA.
DE ALLÍ LA URGENCIA DE HACER VALER LOS ARGUMENTOS INSTITUCIONALES Y GIRAR HACIA EL PARLAMENTARISMO.
¿O ACASO DEBEMOS ACEPTAR LA MULTIPLICACIÓN DE LOS TERRITORIOS INFAMADOS POR LA GUERRA SORDA QUE VAN GANANDO LAS MAFIAS

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