Un nuevo Adolf Hitler

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

El tema de Donald Trump, será algo que seguirá seguramente no solo los primeros días, sino seguramente durante lo que resta del año y todo lo que será el próximo 2017.

Hay muchas especulaciones sobre esta persona bipolar, que si nuestras autoridades mexicanas, principalmente el Ejecutivo quiere pretender que las decisiones del presidente electo estadounidense, estarán sujetos a las decisiones del congreso o que no es tan fácil deshacer el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, tanto como Peña Nieto y su equipo de asesores, gobernadores y alcaldes piensan que no va hacer nada, están muy equivocados.

Las autoridades mexicanas le han dado demasiada importancia o bien han estado aprovechando la tribuna para proyectar imagen, como suele hacerlo todo funcionario cada vez que se presenta una problemática ya sea un desastre natural o cualquier otra eventualidad en donde al final de cada discurso hay veces que quedan peor parados porque no falta cualquier contradicción terminando en reconocer la omisión o el error por parte de ellos mismos.

Pero aquí en México ya es bien conocido que nuestros servidores públicos se llenan de puras retóricas y palabras sin peso, es decir, en lo referente a las elecciones presidenciales estadounidenses, se le dio tanta importancia y observaciones, al igual que no faltaron las críticas sobre su sistema de votación que viniendo de una nación como la de nosotros en donde el sistema electoral todavía continua en pañales y lleno de anomalías.

Una vez más quedó demostrado que aquellas las “dizque”, mejores agencias de mercadeo, estadísticas y expertos en la materia de la política fallaron todos en sus predicciones sobre quién ganaría y el peor error de ello es que sobre esas mismas predicciones equivocadas basaron el paquete presupuestal económico para el próximo año en donde la paridad del dólar fue en base de que ganara Hillary Clinton.

Han sido tan aburridos todos los discursos de aquellos servidores públicos sin importar la jerarquía, al igual aquellos que han estado haciendo ciudadanos para luego subirlos en cualquier red social, en donde cada uno de ellos comparten el mismo denominador en común, es decir, ha surgido un nacionalismo mexicano lleno de muchas palabras vacías, sin sentido, porque el decir, “México tiene muchos valores…México tiene cultura…!México sí se puede!…México es unido..México tiene muchas riquezas”, etc..etc.

Solo son expresiones, sin una propuesta concreta sobre la problemática que podemos enfrentar y la falsa esperanza disfrazada con el trillado discurso “no hay que adelantarnos a nada”, no es más que la mediocridad que siempre ha distinguido la política mexicana cuando no sabe cómo actuar y la miopía de no querer hacer nada.

Los mexicanos que al menos han estado subiendo videos de nacionalismo, al igual que las declaraciones de las diferentes autoridades carecen o no saben ni siquiera qué es el nacionalismo mexicano. Ese dejó de existir desde la época de la revolución mexicana cuando realmente existía no solo un deseo por salir adelante sino éste se demostraba no con palabrería sino con acciones.

Mismas acciones que sin tener el propósito de hacer historia, dejaron huella como parte de los cambios que ha tenido México, y que ahora son recordados como héroes, así como su lucha social son recordadas en cada institución educativa de nivel básico, y media superior.

Sería muy iluso que cualquiera de nosotros pensara que el presidente electo Donald Trump, no va cumplir cualquiera de sus posiciones racistas en contra de los mexicanos, porque no queremos ver la única verdad, que es el mismo pensamiento y sentir que comparten la mayoría de los estadounidenses puesto que ganó una elección en donde quienes votaron por él comparten su misma ideología y obviamente que está obligado a cumplirle a sus votantes.

Ese rostro que estaba detrás de una máscara de hipocresía sobre la raza pura de Estados Unidos, la cual nunca ha existido porque carecen de ella, y lo dice la misma historia de ellos, duró mientras nadie despertara públicamente ese sentimiento. Pero esa es la verdadera cara de EE.UU., y tonto aquel que crea el falso consuelo de que porque somos su vecino de al lado y lo que nos afecte a nosotros les afecta a ellos, no será suficiente para detener las decisiones barbajanes, lleno de racismo, crueldad, intolerancia y narcisismo.

En resumen, es una especie de nuevo Adolf Hitler, del cual todos debemos de estar preparados y no confiarnos, porque ahora queda reafirmado que realmente los seguidores de “Führer Trump ” son la ideología de Hitler que por fin mostró su cara ganando no solo la guerra sino logró conquistar a EE.UU. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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