A TIRO DE PIEDRA: COMPRAR AMOR O PAGAR BECAS

Por Julian Santiesteban

«Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie»

Giuseppe Tomasi di Lampedusa (Il Gatopardo)

Mientras más de 16 mil estudiantes de Quintana Roo esperan el pago de becas escolares desde junio de 2016, cuyo monto no rebasa los 350 pesos por persona; el gobierno estatal ha decidido mantener el llamado “pago por fidelidad” a los directores y altos rangos de la burocracia estatal, que reciben en promedio veinte mil pesos por mes. Como los pagos a los estudiantes son bimestrales; en términos llanos significa que cada director “beneficiado” con ese discrecional estímulo trunca las posibilidades de desarrollo a 114 catorce jóvenes de la entidad.

La nota de los pagos a la alta burocracia la publicó Novedades Quintana Roo e inmediatamente generó reacciones en redes sociales, particularmente las que señalan que el concepto “Constancia y Fidelidad” se ha aplicado en desde anteriores administraciones, pero lo que aquí destaca es que, aunque es una remuneración fija, es adicional al salario “asignación fija adicional al salario para los mandos superiores, otorgada en reconocimiento a la dedicación, permanencia y lealtad a la investidura y responsabilidad de su encargo, en atención de los asuntos públicos”; es decir, no es un reconocimiento a la eficiencia, ni tiende a la profesionalización de la administración pública, sino únicamente por el “amor” que muestren a ser directores, subsecretarios o secretarios de gabinete.

En un momento en que el gobierno atraviesa por serias dificultades económicas, son ese tipo de gastos discrecionales los que deben desaparecer; pues en 2017 el gobierno quintanarroense destinará más de 15 millones de pesos para cubrir este beneficio a los 16 secretarios del Gabinete Legal, subsecretarios y directores, además de órganos autónomos; en contraparte, 16 mil 679 alumnos de primaria a universidad esperan su pago y el adeudo del estado supera ya los cincuenta millones de pesos.

Si el dinero de ese “beneficio” se destinara a las becas, más de cinco mil estudiantes resolverían su futuro; por eso es que la ligereza con que se afirma que “era un beneficio que ya se ha dado desde administraciones pasadas” no justifica que se mantenga. Obviamente, trasladar el recurso de una partida a otra no es simple o necesariamente posible, pero se destaca simplemente para mostrar que el discurso de austeridad no necesariamente tiene impacto en la realidad, y que las prioridades de la administración pública no necesariamente tienen que ver con el recorte a los privilegios de la alta burocracia.

Y entonces, a partir de los gastos programados para 2017, vale más tener una alta burocracia bien remunerada, que el pago de becas para la formación de más de 16 mil estudiantes; ciertamente, el gobierno estatal ha anunciado un pacto de austeridad y pretende reducir gastos suntuosos, pero eso no significa, hasta ahora, se vaya a gastar en lo que debieran invertirse los recursos públicos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

 

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